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Las recomendaciones del Fondo Monetario Internacional son algo confusas. Para prestar plata el organismo continúa exigiendo sus tradicionales condiciones: suba de tasas y recortes de presupuesto. Pero públicamente recomienda a los países que vayan preparando planes de estímulo fiscal para 2010 y 2011. Además, reclama que se profundicen los intentos para salvar al sistema financiero. La antigua receta del Fondo ya mostró sus resultados tras la caída del gobierno de Islandia y los saqueos en Letonia.

“Va a llevar mucho tiempo hasta que el crecimiento potencial vuelva al nivel normal, así que tenemos que pensar en que los impulsos fiscales duren bastante”, sostuvo el economista jefe de la entidad, Olivier Blanchard. Aunque fomenta el gasto, el organismo multilateral pide que los países cuiden la sustentabilidad fiscal a mediano plazo. El visionario Blanchard sostuvo que “los gobiernos deberán estar pensando más en 2010 y quizás en 2011”, ya que los planes de infraestructura tardan tiempo en ponerse en marcha.

Además de prestar plata imponiendo las mismas condiciones que aceleraron el colapso de la economía argentina en 2001, el FMI está preparando una serie de trabajos para presentar al G-20, el próximo 2 de abril. Una de las novedosas conclusiones a las que arriban los técnicos del Fondo es que la falta de regulación fue un grave error y para corregirlo proponen aumentar la supervisión sobre las instituciones fundamentales.

En sintonía con la serie de mea culpas que vienen circulando desde los centros financieros, el Consejo Ejecutivo, el órgano que toma las decisiones en el día a día, reconoció que una falla “clave” fue la ausencia de alarmas en el FMI y otras instituciones sobre los problemas que se acumulaban en las economías centrales. Otra “innovación” propuesta por la entidad es la de obligar a las entidades que operan en el mercado de derivados de crédito, como hedge funds o los desaparecidos bancos de inversión, a mantener reservas de capital.