ECONOMíA › VENDRA AQUI ESTE MES EN SU PRIMERA SALIDA AL EXTERIOR
Lula se estrena en la Argentina
El 25 de noviembre podría ser la fecha en que Luiz Inácio Lula da Silva cumpla su promesa de que su primer destino exterior como presidente electo sería Buenos Aires. Entretelones de la reunión de ayer entre el equipo argentino y el brasileño.
Por Martín Granovsky
“Qué bien, un vicecanciller con edad de tercer secretario”, bromeó Marco Aurélio Garcia. Y provocó la primera sonrisa de Martín Redrado ayer en San Pablo. La segunda fue cuando Garcia le confirmó que el estreno diplomático de Luiz Inácio Lula da Silva como presidente electo se producirá en la Argentina cerca de fin de mes. Así, el principal experto internacional del Partido de los Trabajadores cumple con su vieja idea de que Brasil debe empezar a recomponer su presencia internacional relanzando el eje Buenos Aires-Brasilia.
Redrado, acompañado de los diplomáticos Victorio Tachetti, Eduardo Iglesias y Juan José Uranga, almorzó largamente con Garcia en casa de Guillermo Hunt, cónsul en San Pablo. Marco Aurélio, como lo llaman sin necesidad de apellido los petistas, es secretario de Cultura de la ciudad pero trabajó muchos años como encargado de relaciones internacionales del PT y fue uno de los diseñadores de los principios de política exterior de Lula. Profesor de Historia, es un fino conocedor de la Argentina. Tan fino que ayer se abstuvo de conversar con Redrado sobre política interna: sin un candidato claro en la Argentina, la opción para Brasil es moverse con quien gobierna. Para eso, el PT parece prepararse con cuadros específicos. Ayer acompañó a Garcia Luis Gonzaga Beluzzo, lo cual marca una indicación doble. Beluzzo integró el equipo de Dilson Funaro, el ministro de José Sarney que negoció la primera integración con la Argentina, y conoce desde entonces a Roberto Lavagna. Pero además es uno de los economistas que, sin ser del PT, viene cuestionando a Fernando Henrique Cardoso. Por ejemplo, escribió en el semanario Carta Capital que el ministro de Hacienda, Pedro Malán, no debería esmerarse en expresar opiniones inteligentes porque todo el mundo sabe que es un portavoz eficiente del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos.
Ambos brasileños repitieron a los argentinos que Brasil se propone reactivar el Mercosur y que para eso necesita mejorar la relación con este país. E insistieron en que la visión de Lula y el PT sobre el Mercosur no es solo comercial o aduanera sino que apunta a una alianza que permita acumular poder para la discusión internacional.
Redrado dijo que la Argentina quiere negociar con los Estados Unidos por el Area de Libre Comercio de las Américas solo desde el Mercosur -posición que es también la de Lula– y recibió satisfecho la idea de Marco Aurélio de que “nuestras agendas coinciden, porque los dos países necesitan crecimiento, empleo e inclusión social”.
El vicecanciller aprovechó para desplegar su tesis de que si el Alca fracasa debe imponerse lo que suele llamar “estrategia multipolar”, y subtitular “escenarios simultáneos de negociación permanente”. Esos escenarios incluirían, además de los Estados Unidos, a la Unión Europea y también a mercados como el indio, el chino y el sudafricano. Redrado también sugirió utilizar los institutos de investigación de ambas cancillerías para estudiar la coordinación de políticas y estabilizar el Mercosur. La estabilidad no es el sustantivo que más seduce a los petistas –era la bandera de Fernando Henrique Cardoso– pero les interesa toda iniciativa que reacerque a los dos países después del prolijo trabajo de destrucción que iniciaron Domingo Cavallo y la propia crisis argentina.
Sobre Colombia, diplomáticos argentinos dijeron que hubo acuerdo en que la negociación debía reemplazar a cualquier carrera armamentista.
Venezuela también estuvo en el temario. Los argentinos expresaron su preocupación por la fragmentación de las Fuerzas Armadas, y las dos partes coincidieron en que lo peor sería un golpe militar.
En cuanto a la visita de Lula, la fecha tentativa podría ser el 25 de noviembre. El presidente electo vendría a la Argentina dos días, durante los cuales mantendría contactos con el gobierno, con la oposición, con empresarios y con centros académicos. Para Eduardo Duhalde será una buena ocasión de conocerlo, luego de que no mostrase interés en recibirlo cuandoLula vino a la Argentina en 1999 invitado por el Instituto de Estudios Brasileños.
Los brasileños dijeron ayer a los argentinos que Lula también viajará a los Estados Unidos antes de asumir. Es una novedad que, si se produce, seguramente se complete con un viaje a Europa. Cuando Lula ganó la presidencia en el ballottage, el último 27 de octubre, lo primero que recibió fueron una carta del presidente francés Jacques Chirac y del viejo y nuevo primer ministro alemán Gerhard Schroeder. Ambos quisieron adelantarse así a cualquier movida norteamericana.
El almuerzo terminó con el compromiso de usar el teléfono directo para consultas en cualquier momento.