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“El Festival está por cumplir 18 años, es decir que será mayor de edad. Ya no es un niño y está dejando de ser un adolescente. Ahora tiene que definir su perfil y comenzar a crecer.” Miguel Pereira (director de La deuda interna, La última siembra y Che...Ernesto) eligió estas palabras para definir su desafío, al asumir ayer como nuevo coordinador artístico del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, que se realizará entre el 6 y el 15 de marzo de 2003. El cineasta Jorge Coscia, director del Instituto Nacional de Cinematografía y Artes Visuales, afirmó por su parte que su estrategia es lograr que a la brevedad el Festival pueda depender de un ente autárquico. “Así como el cine siempre luchó por su autarquía, el Festival deberá en un futuro tener la suya, claro, sin que el Estado se ausente”, planteó. “Y esto debería hacerse, en un futuro, con una coordinación entre el apoyo del Incaa, el apoyo de la industria nacional y un aporte mixto entre la provincia de Buenos Aires y la Municipalidad de Mar del Plata, que también es una beneficiaria.”
Además de haber viajado por el mundo con el galardonado film La deuda interna, por el que obtuvo el Oso de Plata en el Festival de Berlín y la precandidatura por Argentina al Oscar a la mejor película extranjera, Pereira residió y trabajó durante un largo tiempo en Inglaterra, donde realizó documentales para la BBC de Londres y el Channel Four Television, tras haberse recibido en The London Internacional Film School, en 1982. En una entrevista con Página/12, Pereira consideró que para que un festival de cine crezca resulta “fundamental” su especialización. “Nosotros tenemos que buscar ahora nuestra propia identidad, para captar la mirada internacional”, puntualizó.
–¿Cómo será, en ese marco, el Festival de 2003?
–Vamos a tener un presupuesto aproximado de dos millones de pesos, además de los aportes de la industria. Vamos a intentar crear un jurado de primera categoría. Queremos trabajar con el cine latinoamericano fundamentalmente y pretendemos darle un especial interés a Brasil. También se buscará una mayor participación de los espectadores. Habrá presencia de cine del interior y especulamos contar con la presencia de los vehículos de cine móvil que recorren habitualmente el país mostrando films nacionales. Está claro que no pretendo desarmar el equipo que viene trabajando en la organización, pero sí darle un nuevo impulso. El asunto es que tenemos que ser realistas y ver dónde estamos parados: decir que Mar del Plata es un Festival clase “A” es como decir que un peso es igual a un dólar.
–¿Entonces, por qué aceptó el cargo?
–Vengo de un mundo profundo, del interior del país. Nací y crecí en Jujuy y la mayoría de mis trabajos sucedieron en mi tierra. Pero también tengo la experiencia de haber hecho mis estudios en Inglaterra y de haber recorrido el mundo de los treinta y cinco festivales donde estuve, de donde adquirí cierta experiencia. Además, he manejado gran cantidad de recursos. Hay películas que se hacen con un millón de pesos, así que los montos tampoco van a ser una novedad para mí.
–¿Cómo va a ser la selección de las películas?
–Hay muchas películas para elegir, pero pretendemos ponernos un tope de 120 films, porque la decisión nos va a llevar un tiempo. Pero insisto en que apuntaremos principalmente al cine latinoamericano y al español, para lograr atraer también capitales iberoamericanos.
–¿Va a interrumpir su actividad cinematográfica?
–Mi obligación será prestarle un servicio al cine. Y eso es también lo que yo amo. Para mí, además de un trabajo es una pasión. De todos modos es un paréntesis con el largometraje que venía haciendo en el noroeste argentino. Estaba preparando El hombre que llegó a un pueblo, sobre una novela de Héctor Tizón. Eso quedará detenido por un tiempo.