ESPECTáCULOS › “DEUDA DE SANGRE”, UN NUEVO CASO POLICIAL PARA EL VIEJO CLINT EASTWOOD

Harry el Sucio volvió, con un corazón latino

En su nueva película como actor, productor y director, el cineasta de “Los imperdonables” y “Poder absoluto” vuelve a jugar con los problemas que traen los años, pero ahora con sangre mexicana corriendo en sus venas.

 Por Luciano Monteagudo

A diferencia de otras estrellas de Hollywood, que suponen que el paso del tiempo no las afecta, Clint Eastwood se tomó siempre en serio la inclemencia de los años y la incorporó, de una u otra manera, a sus distintos personajes. El pistolero retirado de Los imperdonables, el ladrón de Poder absoluto, el periodista de Crimen verdadero y hasta el astronauta de la fallida Jinetes del espacio son en definitiva siempre el mismo Eastwood, a esta altura una figura tan autorreferencial como Nanni Moretti, por caso. En Deuda de sangre, el viejo Clint (72 años recién cumplidos) es Terry McCaleb, un obstinado agente federal, un poco en la línea de su clásico Harry el Sucio, pero con las aristas más filosas del personaje pulidas, como si ya no quisiera herir las susceptibilidades de nadie. Cuando la película empieza, McCaleb está detrás de un asesino serial, que se burla de él y le deja mensajes escritos con la sangre de sus víctimas. “Otra carta de amor...”, se ríe uno de sus colegas. “Ustedes dos deberían buscarse un cuarto para pasar un rato juntos.”
No llegan a tanto. Cuando McCaleb lo está persiguiendo, sufre un infarto. Al fin y al cabo, ya no está para andar corriendo carreras de obstáculos. Fundido a negro. Dos años después, el famoso detective es un policía jubilado, que ha hecho de su bote amarrado en el puerto de Los Angeles su solitaria casa de retiro y descanso. McCaleb acaba de recibir un transplante de corazón, después de una larga espera, y está en las manos experimentadas de una doctora tan dura de carácter como lo es él (o como puede interpretarla la gran Anjelica Huston, que viene a ser lo mismo). Se supone que la identidad del donante debería ser un secreto, pero cuando una recia mujer mexicana (Wanda DeJesús) se le aparece en su bote y le dice que él tiene el corazón de su hermana, que murió asesinada, McCaleb se da cuenta de que tiene una deuda de sangre. Y que –a pesar de la edad y de la operación y de que todo el mundo le recomienda que se vaya a dormir una siesta– él está dispuesto a saldarla.
La manera en que el guionista Brian Helgeland (el mismo de Los Angeles al desnudo) va desarrollando esta relación de McCaleb con su flamante corazón mexicano es tierna, melancólica, pero no tiene nada de cursi, como si todo el relato fuera progresando al ritmo suave pero sostenido de la música de jazz que compuso para la banda de sonido el eterno Lennie Niehaus, un colaborador de siempre de Eastwood. La intriga policial, en sí misma, no es quizá tan interesante y arrastra algunos de los vicios de los primeros Dirty Harry, pero sí lo son las relaciones que va entablando Eastwood con esas mujeres fuertes (entre las que hay que sumar también a una detective a cargo de la mulata Tina Lifford) y con un vecino de muelle tan vago e inútil como puede pintarlo el indolente Jeff Daniels.
Como director, Eastwood sabe que le basta con plantar bien la cámara, como si nunca hubiera otro plano posible más que el que él elige. No hay virtuosismos, no busca una fotografía rebuscada, la imagen es siempre limpia, amplia, cristalina. Nada más clásico y menos atento a los caprichos de la moda que una puesta en escena de Eastwood, quien a la vez que se toma el pelo a sí mismo también deja sentada su posición frente al cine y a la vida. En medio de la investigación, cuando debe hacer una llamada importante y recurre a un teléfono público, alguien le pregunta, sorprendido, por qué no usa un teléfono celular. A lo que él responde: “Me gustan las líneas firmes”. De esa firmeza, de esa solidez está hecha su película.



(Blood Work) Estados Unidos, 2002.
Dirección y producción: Clint Eastwood.
Guión: Brian Helgeland, basado en una novela de Michael Connelly.
Fotografía: Tom Stern.
Música: Lennie Niehaus.
Intérpretes: Clint Eastwood, Jeff Daniels, Anjelica Huston, Wanda DeJesús, Tina Lifford, Paul Rodríguez, Dylan Walsh.
Estreno de hoy en los cines Village Recoleta, Hoyts Abasto, Cinemark Palermo, Patio Bullrich y otros.

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No por haber sufrido un infarto el personaje de Eastwood se va a privar de andar a los escopetazos.
 
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