ESPECTáCULOS › “EL CUMPLE”, OTRO BUEN EJERCICIO DE G. POSTIGLIONE
Un brindis a la orilla del río
Por Horacio Bernades
Cineasta de la disolución grupal, radiógrafo de cierta clase media rosarina y representante máximo de lo que en el orden local podría denominarse como neocostumbrismo moderno, con El cumple Gustavo Postiglione continúa una trilogía que inició con El asadito y deberá cerrar con La peli. Filmadas entre amigos y con técnicas de rodaje rápido, siempre en Rosario (ciudad de cuya actual vitalidad cinematográfica Postiglione es motor), El cumple continúa y complejiza el discurso iniciado en aquella terraza en la que un grupo de amigos treintañeros se reunía para compartir un asado, al borde del siglo XXI.
Filmada en video digital y ampliada a 35 mm, en El cumple reaparecen los rostros de El asadito como parte de una reunión multitudinaria, en la que se entrama una variedad de voces y puntos de vista. En lugar de aquella comilona en tiempo real, hay ahora una ruptura de la linealidad y la cronología, arduamente trabajadas en la mesa de montaje. Sin embargo, las unidades de tiempo, historia y lugar siguen férreas y acotadas. Un salón de fiestas a orillas del río Paraná y las pocas horas que van del comienzo de una noche al amanecer siguiente sirven para contar la reunión de un grupo de viejos amigos, para festejar el cumpleaños de uno de ellos. Que cumpla 38, la edad de Postiglione, refuerza la sensación de balance generacional –en primera persona del plural– que se desprende de esta serie.
Rociada de música de los ‘70 y ‘80 que da participación a toda banda rosarina (de Fito Páez a Rubén Goldin, pasando por Coki Debernardis), Postiglione filmó la fiesta con varias cámaras, incluyendo la pequeña camcorder con que una de las invitadas, único elemento externo al grupo, graba un documental que a su vez pasará a formar parte de la película. Ese dispositivo le permite incorporar la forma de una filmación “social”, así como las varias cámaras le posibilitan filmar acciones en simultáneo, otorgándole a El cumple una dinámica visual y narrativa infrecuente y remarcable. La extensa gama de reencuadres, sumada al recurso de la pantalla dividida (prácticamente inexplotado en el cine argentino) multiplica esa dinámica al infinito. De la polifonía de voces y encuadres surge algo así como una colección de polaroids en movimiento, que retrata los lazos y las grietas que vinculan al grupo de amigos y sus mujeres como a padres e hijos.
Con preeminencia de lazos y fracasos amorosos, a lo largo de la fiesta este grupo de poetas frustrados, arquitectos impotentes, fotógrafos renunciantes, veteranos pro-Cuba y mujeres demandantes, insidiosas o groupies alternarán testimonios a cámara, rondas, breves apartes, confesiones alcohólicas, fugas, peleas, algún impromptu homofóbico. Y erupciones de violencia incomodantes, como la amenaza que uno de los concurrentes hace a un chico de la calle. Pero si algo abunda son los diálogos. Unos banales, otros amistosos y unos cuantos rebosantes de veneno, como el de esas “amigas de toda la vida” que se odian y promueven algunos de los momentos más divertidos, no sólo de El cumple, sino de buena parte del cine argentino reciente.
Si algo resiente El cumple es que la complejidad formal, estructural y narrativa está al servicio de un “juego de la verdad” prototípico de cierto teatro realista-costumbrista de los ‘60. La idea latente presupone, de modo bastante mecánico, que detrás de las máscaras de la apariencia se ocultan los demonios de la culpa, fracasos, traiciones y facturas impagas, que inevitablmente saldrán a la luz. La impresión que se desprende de El cumple es, así, la de una encomiable modernidad formal, al servicio de ideas y soluciones dramáticas que no lo son tanto.
Argentina, 2002.
Dirección y guión: Gustavo Postiglione.
Fotografía: Fernando Zago.
Música: Iván Tarabelli y Mariano Braun.
Intérpretes: Raúl Calandra, Bárbara Peters, Natalia Depetris, Miguel Franchi, Tito Gómez, Gerardo Dayub, Carlos Resta, Adriana Frodella y Gustavo Guirado.
Estreno de hoy en los cines Hoyts Abasto, Village Recoleta, Gaumont, Cinemark Palermo y Showcase Belgrano.