El conflicto entre los socios italianos de Telecom y el Gobierno sumó un nuevo capítulo. La Comisión Nacional de Defensa de la Competencia (CNDC) emitió una nueva resolución en la que ordenó a la empresa el restablecimiento del Consejo de Dirección, disuelto por orden de los representantes de Telecom Italia. Según indicó el órgano de control, la decisión de la compañía violó la resolución 4, en la que se le impedía a los italianos ejercer sus derechos políticos sobre Telecom Argentina, compañía donde el Grupo Werthein puja por el control.

La Comisión ordenó además revocar la unificación de dos direcciones generales también modificadas a instancia de los italianos. Todas estas medidas se enmarcan en el estudio que está llevando adelante el Gobierno para determinar si el ingreso de Telefónica de España dentro de Telecom Italia constituye una situación de monopolio. Sin mencionarlo explícitamente, cada resolución de la CNDC es un freno al ingreso de los españoles dentro de su socia-competidora. Por otro lado, esta semana se conoció la decisión de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil y Comercial que suspendió el ejercicio de una opción de compra de Telecom Italia sobre las acciones del Grupo W, tal cual había determinado la propia CNDC.

Según consta en la nueva resolución de Defensa de la Competencia, los veedores observadores designados por el Ejecutivo fueron los que detectaron los cambios y alteraciones dentro de la organización empresarial. “Estas decisiones de cambios internos vienen de afuera. Por lo tanto, los que se beneficiaron con la reingeniería fueron los italianos”, señaló a Página/12 un asesor de la CNDC. Sin mencionarlo, Defensa de la Competencia también apuntó contra Telefónica.

El texto de la CNDC menciona que quienes violaron el requerimiento de abstenerse de ejercer derechos políticos dentro de Telecom fueron los directores Enrique Garrido, Jorge Alberto Firpo, Luis Miguel Incera y Domingo Messuti. Garrido, quien responde a los italianos, fue quien reemplazó al ex CEO de Telecom Carlos Felices, quien se enfrentó con los W cuando afirmó que el ingreso de Telefónica de España no afectaba a la compañía.

El ingreso de los españoles dentro de su competidora se produjo en 2007, cuando Telefónica compró en forma directa el 5,6 por ciento de Telecom Italia a través de la sociedad Telco y en forma indirecta el 18 por ciento por la compra que hizo de Pirelli, a través de la empresa Olimpia. En la Unión Europea ya nadie duda de que ambas compañías dejaron de ser competencia. Incluso, Brasil ya se expidió sobre el tema. “La CNDC y la Secretaría de Comunicaciones están trabajando con mucha celeridad. Creo que el Gobierno está demostrando una voluntad política de llegar a una solución porque sabe que existen riesgo concretos sobre la competencia”, aseguró a este diario Henoch Aguiar, ex secretario de Comunicaciones de la Alianza.

En su nueva resolución, la CNDC ratificó otra vez que la operación aludida –el ingreso de Telefónica de España dentro de Telecom Italia– califica como concentración económica. “Todos los documentos y fundamentos de Defensa de la Competencia indicarían la voluntad del Ejecutivo de eliminar la colisión de intereses entre ambas telcos”, agregó Aguiar.

Por otro lado, Telecom Italia está llevando adelante un litigio con el Grupo W, a partir de una opción de compra que involucra la mayoría del paquete accionario de control. Esta operación está frenada por la CNDC y fue ratificada por un fallo de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil y Comercial quien les impidió a los italianos avanzar sobre el Grupo W. El pasado 23 de abril, a través de la resolución 605/2009 de la Secretaría de Comunicaciones, el Gobierno autorizó la inscripción del 2 por ciento de las acciones de Sofora a nombre de los Werthein. De este modo, los W pasaron a controlar el 50 por ciento de la empresa, igualando a los italianos.

En Argentina, Telefónica y Telecom representan aproximadamente 9000 millones de dólares en facturación. Ambas compañías forman parte de la puja por el Triple Play. El proyecto de ley de Servicios Audiovisuales prevé la posibilidad de ofrecer tres servicios en uno –telefonía, Internet y cable–, pero con ciertas condicionalidades que las propias compañías deberían cumplir desde la desregulación de las telecomunicaciones en el año 2000, como por ejemplo la portabilidad numérica y la interconexión entre todos los operadores.