En el segundo trimestre del año, la desocupación se ubicó en el 8,8 por ciento, lo que representa un aumento interanual de 0,8 punto. Es la segunda suba trimestral consecutiva. La pérdida de empleos se fundamenta en la caída de la actividad industrial. La subocupación aumentó 2,0 puntos y llegó al 10,6 por ciento, la más alta desde 2006. Entre desocupados y subocupados, el porcentaje de personas con problemas de inserción en el mercado laboral llegó al 19,4 por ciento. Si se agrega a los beneficiarios de los planes Jefes y Jefas de Hogar, los de-socupados llegan al 9 por ciento.

Los datos surgen del informe trimestral que publica el Indec, basado en la Encuesta Permanente de Hogares (EPH), que se realiza sobre un universo de 31 aglomerados urbanos. Las cifras muestran el impacto de la crisis internacional sobre la economía interna. Según las estadísticas oficiales, la caída del nivel de actividad en la industria en el segundo trimestre fue del 0,8 por ciento. En el semestre, el sector textil y automotor, ambos sensibles en materia laboral, cayeron un 13,2 y un 27,8 por ciento respectivamente. A su vez la construcción sufrió una baja en los primeros seis meses, del 2 por ciento. El resultado es una caída en el nivel de empleo, que desembocó en el aumento del desempleo.

En los segundos tres meses del año, el empleo cayó en forma interanual, desde 42,2 el año pasado a 41,8 en 2009. La tasa de actividad permaneció invariable en 45,9. Junto al aumento del desempleo de 8 a 8,8, queda evidenciado que el incremento en el porcentaje de desocupados se debe al aumento en los despidos. Según el universo que toma la EPH (aglomerados urbanos), las cantidad de deserciones laborales y nuevos desocupados son casi iguales. Esto le quita relevancia a un efecto “incentivo”, donde el aumento de las personas que salen a buscar trabajo hace subir la desocupación. La crisis internacional, que ya toma forma de recesión local, repercutió en la actividad y con ello se resintió el empleo, vía despidos (desocupación) o suspensiones o reducciones horarias para los ocupados (subocupación).

La comparación interanual del índice de desocupación y subocupación muestra que para ambos es la primera suba desde la salida de la crisis de 2001. Si se suman, se llega al 19,4 por ciento de personas con problemas de inserción en el mercado laboral, un aumento del 17 por ciento frente al 16,6 del segundo trimestre de 2008. Del 10,6 de subocupación, el 7,5 es demandante (está buscando mejorar su condición) y el 3,1 es no demandante.

Según Mariana González, del Centro de Estudios para el Desarrollo Argentino (Cenda), “el impacto laboral se da sobre todo en la producción de bienes y no tanto en servicios. Particularmente para las pymes, que desde fines del año pasado vienen mostrando bajas”.

Para las pymes, el Gobierno plantea la restricción de las importaciones como política de protección de empleo, vía licencias no automáticas de importación, medidas antidumping y valores de referencia. Las medidas las viene implementando el Ministerio de la Producción, que encabeza Débora Giorgi. La semana pasada, en un evento donde coincidieron la funcionaria y representantes de varios sectores pyme calificados como “sensibles”, por ser “mano de obra intensivos”, se estimó que estas regulaciones lograron preservar 600 mil puestos. Por su parte, el Ministerio de Trabajo protege a empresas en situación económica delicada, subsidiando una parte del sueldo de los empleados, a través del Programa de Recuperación Productiva (Repro). Además, los aumentos de salarios, jubilaciones y facilidades al crédito también presionan sobre la demanda y tienen efecto positivo en el empleo. Aun así, la pérdida laboral no se pudo frenar.

Para calcular el desempleo, se excluyen los beneficiarios de los planes Jefes y Jefas de Hogar. Si se añade a las mediciones a las personas que cobran planes sociales, la desocupación es del 9 por ciento, sólo dos décimas por encima del índice general. La suba interanual es del 7 por ciento, frente al 8,4 del segundo trimestre de 2008.