En un escenario fiscal debilitado por la crisis internacional, la provincia de Buenos Aires está terminando de configurar una serie de reformas en su esquema tributario a partir de 2010. El paquete impositivo que acompañará la Ley de Presupuesto para el año próximo incluye un impuesto a la herencia, la modificación de las alícuotas del impuesto inmobiliario y la aplicación de nuevos impuestos a la compraventa de vehículos usados. Además, los cambios que está preparando el Ministerio de Economía provincial y la agencia recaudadora, Arba, gravará con Ingresos Brutos la carga y descarga de bienes en los catorce puertos comerciales de la provincia. El gobernador Daniel Scioli confirmó ayer que se avanza en esa dirección.

Si bien ya circulan algunas estimaciones preliminares, las nuevas alícuotas y bases imponibles todavía no están definidas, pero en el gobierno de Scioli aseguran que no afectarán a la clase media. Las medidas apuntan a mejorar el panorama fiscal de la provincia, que en el primer semestre registró un déficit de 2708 millones de pesos. En el Ministerio de Economía bonaerense estiman que el rojo superará los 5500 millones en el año.

Scioli aseguró que la reforma fiscal que se implementará el año próximo trata de “orientar nuestro sistema impositivo a un marco de equidad social y de corregir normas desactualizadas”. El impuesto a la herencia –eliminado en la Argentina por José Martínez de Hoz–, rondaría el 5 por ciento y se aplicaría partir de un mínimo imponible elevado. El titular de Arba, Rafael Perelmiter, sostuvo que las reformas apuntan a “gravar las grandes fortunas, con un mínimo no imponible de 3,5 millones de pesos”. Las medidas también incluyen modificar el código fiscal para que los “castillos rurales” paguen impuestos como “casas suntuarias”.

El gobernador de la provincia comentó que las modificaciones se realizan “siempre con el mismo criterio: proteger a la clase media, la que trabaja, a los sectores humildes y que cuando haya un cambio sea proporcional a lo que vemos en otros sectores”. Todavía resta consensuar los cambios en el Legislativo provincial.

El recaudador bonaerense también indicó que en el caso de los puertos comerciales la intención es imponer un pago tributario de hasta 30 pesos por tonelada descargada –las importaciones– y 10 pesos para la carga de mercadería –exportaciones–. Respecto del impuesto a los autos usados, Perelmiter explicó: “Cuando una persona quiere poner el coche a su nombre, el sistema lo detecta. De ahora en más, se va a pagar este ítem con la tablita con la que se pagan los seguros automotores”.

En cuanto al impuesto inmobiliario, el funcionario estimó que “no habrá ningún revalúo” de las propiedades y aseguró que el aumento que se aplicará al tributo “tendrá impacto casi cero para la mayoría de los contribuyentes provinciales”. Perelmiter subrayó que la suba que planea el Gobierno para 2010 busca atenuar las inequidades del impuesto. Según indicó “hay casas mellizas que pagan valores diferentes: una casita en José C. Paz puede pagar más que un castillo rural, lo que no es culpa del contribuyente, es un problema de la ley”. Los aumentos al impuesto inmobiliario que estudia la provincia para mejorar su recaudación serán progresivos y se reeditarán durante los próximos tres años.

Las cuentas públicas de las provincias están sintiendo el impacto de la crisis internacional. Ayer, los gobernadores de Chaco, Jorge Capitanich, y Jujuy, Walter Barrionuevo, anunciaron que llevarán adelante planes de recorte en obras públicas financiadas con fondos propios y un esquema de postergación de pago a proveedores del Estado en los presupuestos de 2010. Las obras nacionales continuarán. En tanto, el gobernador cordobés, Juan Schiaretti, informó que recibió 120 millones de pesos de la Nación en concepto de pagos adeudados del Programa de Asistencia Financiera.