Cristina Fernández de Kirchner reclamó ayer a Brasil el levantamiento de las restricciones al ingreso de camiones argentinos durante una visita a la planta de Iveco en la provincia de Córdoba. “Una asociación estratégica debe tener ventajas para los dos socios y estoy segura de que cuando venga el presidente Lula vamos a tratar este tema y llegaremos a un acuerdo”, aseguró. La Presidenta se refirió a los camiones, pero ayer se supo que Brasil también endureció los trámites para la importación de harinas, aceites y vinos argentinos al retirar a esos productos el sistema de licencias automáticas. En este caso, fue el Ministerio de Industria y Turismo el que recogió el guante al afirmar, a través de un comunicado, que “ha tomado nota de las medidas comerciales” y “está analizando los efectos de las mismas para tomar contacto con las correspondientes autoridades del gobierno brasileño”.

Las restricciones a la importación de harinas, aceites y vinos, que según el diario económico Valor imperan desde el pasado 14 de octubre, se conocen en medio de las negociaciones que mantienen ambos gobiernos a partir de la decisión oficial de fijar licencias no automáticas al ingreso de productos brasileños. Los empresarios de ese país le habían pedido a Lula llevar a Argentina a los tribunales después de que hace algo más de un año resolviera adoptar la política de licencias no automáticas de productos brasileños, lo cual, estima, ha afectado al 13,5 por ciento de las exportaciones del país.

Las exportaciones de Brasil a Argentina cayeron durante el primer semestre de 2009 el 42,3 por ciento respecto del mismo período del año anterior, mientras en sentido contrario las exportaciones argentinas hacia Brasil tuvieron un retroceso del 20,1 por ciento. Ambos socios habían acordado un mecanismo de consulta rápida para el análisis y resolución que pudieran surgir sobre las medidas comerciales argentinas. El discurso ofrecido tanto por la ministra Débora Giorgi como por su par brasileño Miguel Jorge fue el de “profundizar” el proceso de integración productiva instando a los sectores empresariales a que converjan en sus cadenas de producción. Sin embargo, a menos de un mes de la última reunión Brasil replicó con la misma moneda y la relación bilateral ha vuelto a tensarse.