El ministro de Agricultura, Julián Domínguez, elevó de 260 a 280 kilogramos el peso mínimo para terneros destinados a faena. Por medio de la resolución 57, el funcionario decidió poner fin a la suspensión de la medida que se había dispuesto a mediados del año pasado con motivo de la sequía, que afectó a la mayor parte de las zonas ganaderas. Las entidades nucleadas en la Mesa de Enlace cuestionaron la iniciativa, ya que aseguraron que “no beneficiará a los productores”. Los ruralistas no quieren ningún peso mínimo de faena.

Esta resolución tendría que haber entrado en vigencia el 1º de julio del año pasado. Sin embargo, su implementación se retrasó hasta ayer a causa de los problemas climáticos del país. En el Boletín Oficial se dispuso subir el peso de la res con hueso a 143 kilos (280 kilos en pie) hasta el 31 de enero y se volverá a subir a 154 kilos (300 kilos en pie) desde el 1º de febrero. La medida también dispone que no existirá penalidad para los animales que pesen un 10 por ciento menos de la marca, siempre que supe-ren los 256 kilos desde el 1º de enero y los 276 kilos desde febrero. Las entidades ruralistas de la Mesa de Enlace y representantes de productores ganaderos le pidieron a Domínguez, a fines del año pasado, que derogara directamente la norma que establece pesos mínimos de faena. “El peso mínimo de faena atenta contra el normal funcionamiento de los mercados de ganados y carnes”, había dicho el titular de CRA, Mario Llambías.