Martes, 20 de julio de 2010 | Hoy
ECONOMíA › OPINIóN
Por César Mayoral *
La presidenta de la Nación, Cristina Fernández, terminó el fin de semana pasado su visita de Estado a la República Popular China.
Las dramatizaciones proclamadas en el mes de enero cuando se suspendió dicha visita y que obedecieron a motivos de política interna fueron claramente comprendidas, y rápidamente desde las respectivas embajadas se encontró una fecha para el encuentro con el presidente Hu Jintao y otras altas autoridades del poder de China.
El simple hecho de haber realizado la visita de Estado a la segunda potencia económica de la Tierra a pocos meses de su postergación debería bastar para que los argentinos nos diéramos cuenta de la importancia que significa este encuentro en nuestras relaciones exteriores y el peso específico alcanzado por la Argentina en el mundo.
No obstante ello, desde algunos lugares del interior de nuestro país se ha querido minimizar la visita con el argumento de que no se “logró abrir el mercado chino al aceite de soja argentino”.
Esta impugnación poco feliz y expresada con manifiesta mala intención quiere dejar de lado la verdadera importancia de este viaje presidencial, que fortalece y consolida la alianza estratégica establecida en el año 2004 entre los jefes de Estado Néstor Kirchner y Hu Jintao.
Por otra parte, es importante señalar los trascendentes acuerdos firmados en materia de transporte e infraestructura por más de 9500 millones de dólares, como también los convenios en materia farmacéutica y de alimentos.
Vale la pena recordar que China es la única gran economía que creció durante el año 2009 (8,2 por ciento) y que se aguarda un crecimiento de más del 11 por ciento para este año.
Por último y referido al aceite de soja, que tanto preocupa a las empresas transnacionales que lo exportan, es importante señalar que las autoridades chinas demostraron una amplia comprensión sobre el tema y, si bien todavía no se han producido nuevos embarques, el vocero de la Cancillería local afirmó el 13 de julio que la “cuestión será solucionada en forma paulatina, esperando los próximos embarques para el mes de septiembre”.
Por otra parte, China nos comprará este año unos 12 millones de toneladas de porotos de soja, aumentando su importación en más de dos millones y consolidando su primer puesto como importador de este producto.
En síntesis, la Argentina ha reforzado e incrementado su alianza con el Estado que tiene la economía mas dinámica del mundo y con el que compartimos ejes fundamentales de nuestra política internacional, tanto en el G-20 como en el proceso de reforma del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, que apoya nuestra causa de Malvinas como ningún otro Estado miembro permanente en las Naciones Unidas y que, de continuar con su crecimiento, se convertirá en el futuro en un mercado ideal de nuestros productos, no solamente agrícolas sino manufacturados, puesto que el plan de sus autoridades es revertir el proyecto exportador por otro que fortalezca el mercado interno como palanca de su desarrollo.
La visita de nuestra jefa de Estado a la República Popular China se inscribe en el objetivo estratégico de llevar a cabo una política exterior independiente, sin ataduras ni barreras ideológicas, teniendo como norte el interés nacional, que significa defender el interés de todos los argentinos, los de hoy y los de mañana.
Esas son las denominadas “políticas de Estado” y la alianza con la República Popular China es una de ellas, quizás una de las más importantes de cara al futuro.
* Embajador argentino en China.
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