La actividad económica creció en agosto 8,5 por ciento frente al mismo mes de 2009, según informó el Indec, y acumula en lo que va del año un avance de 9,1 por ciento. Este último dato había sido anticipado días atrás por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, y es similar a la previsión de crecimiento que tienen en el Gobierno para todo el año. Para cumplir con esa meta superior al 9 por ciento, el avance en los meses restantes deberá ser algo más intenso que en julio y agosto, aunque esto parece difícil, ya que la comparación interanual se comienza a realizar con los primeros períodos de recuperación de la economía argentina tras el impacto de la crisis internacional. En forma mensual, en agosto la actividad subió 0,3 por ciento, luego de dos leves caídas consecutivas.

Desde el lado de la demanda, una parte del crecimiento se explica por factores vinculados a la política oficial de ingresos, como la Asignación Universal por Hijo y la recomposición de haberes jubilatorios, medidas que impactan positivamente sobre los sectores que mayor proporción de su ingreso destinan al consumo. En el mercado laboral, el avance en el nivel de empleo respecto al año pasado, de la mano de la recuperación económica, y los aumentos salariales que mantuvieron el poder de compra de los trabajadores (y en algunos casos lo aumentaron), también empujaron a la demanda agregada. Además, el contexto inflacionario vuelve más atractivo adelantar el consumo de bienes durables, a su vez incentivado por generosos planes de financiamiento de parte de las grandes cadenas de comercialización.

Por su parte, la inversión muestra una fuerte recuperación, que la ubica como el componente más dinámico de la demanda. Esto se explica por las buenas expectativas empresarias y una tasa de rentabilidad que en general se mantiene en niveles adecuados a pesar del reclamo devaluacionista o las quejas por las negociaciones salariales que se suelen escuchar en el arco industrial. Un fuerte impulso proviene además desde la inversión pública, que crece de forma acelerada.

Un desempeño muy positivo mostraron en agosto las exportaciones, que crecieron de forma anual un 47 por ciento. La mayor suba se verificó en productos primarios, con el 116 por ciento, una expansión que se explica por la comparación frente al período de sequía del año pasado. En este segmento sobresalieron las ventas de porotos de soja, de maíz y trigo. Las manufacturas de origen industrial, en tanto, crecieron un 31 por ciento, por las mayores ventas de vehículos, sobre todo a Brasil. En cuanto a las manufacturas agropecuarias, mostraron un avance de 32 por ciento, a partir del aumento en las ventas de harina, pellets y aceite de soja

Por el lado de la oferta, la industria manufacturera avanzó en agosto un 10 por ciento y acumula en los que va del año un incremento de 9,5 por ciento. El sector que lidera ese avance es el automotor, que según la Asociación de Fábricas de Automotores (Adefa), creció 52,6 por ciento, con el horizonte de llegar para fin de año a unas 730 mil unidades producidas, lo que supone un record absoluto. Este sector también tracciona a otros segmentos de la manufactura, como las industrias metálicas básicas, la producción de neumáticos o las partes plásticas. De forma similar, la producción de acero y aluminio viene registrando importantes subas, con el 21,6 por ciento interanual en agosto.

Por su parte, la actividad de la construcción creció en agosto 7,4 por ciento respecto al mismo mes de 2009. A su vez, el sector de servicios muestra signos de crecimiento. Según el Indec, el consumo de servicios públicos aumentó en agosto 12,5 por ciento de manera interanual, impulsado por telefonía y transporte de carga.