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Los precios mundiales de los alimentos tuvieron en diciembre del año pasado un alza promedio del 25 por ciento, en relación con el mismo período de 2009 y llegaron a su punto más alto desde el principio del siglo. Así lo informó ayer la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO). Los alimentos que más subieron fueron la carne y cereales, donde mucho tuvo que ver la crisis internacional y los movimientos especulativos que alcanzaron a los commodities. Según la FAO, Argentina y Brasil están mejor posicionadas dentro de la región para enfrentar las tensiones alrededor de la seguridad alimentaria.

“Estamos preocupados, básicamente por la incapacidad para predecir las variaciones. Aún hay espacio para que los precios suban mucho más, si por ejemplo el clima seco en Argentina se convierte en una sequía y si empezamos a ver problemas por las heladas en el Hemisferio Norte con la cosecha de trigo”, manifestó el economista de la FAO Abdolreza Abbassian.

Según el índice elaborado por el organismo internacional, los precios de los cortes de exportación vacunos y porcinos tuvieron un incremento del 19 por ciento en relación con diciembre de 2009, mientras que los cereales tuvieron un alza del 39 por ciento.

Sin embargo, la oficial de Comercio y Mercados de FAO, Ekaterina Krivonos, señaló que todavía no está en peligro la seguridad alimentaria de los países. “La producción mundial de nutrientes debe crecer un 3 por ciento para mantener el actual nivel de reservas. Pero más allá de esto, también hay que valorar las fuertes alzas en las cosechas en Latinoamérica, en especial en Brasil y la Argentina”, manifestó Krivonos. Para FAO, la crisis alimentaria generada por el incremento en los precios golpeará más a los países que no poseen fondos para impulsar políticas sociales, “como Guatemala, El Salvador, Honduras y Nicaragua, donde entre 2 y 5 de cada 10 personas están desnutridas”.