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El titular de Swiss Medical y vicepresidente de la cámara que nuclea a las grandes empresas de medicina prepaga, Claudio Belocopitt (ver foto), aseveró ayer que se está trabajando “para arribar a un acuerdo que les impida a los usuarios tener cualquier tipo de inconvenientes” a la hora de comprar medicamentos en las farmacias. El empresario agregó que ya existe “el compromiso de muchos expendedores de remedios para continuar con la política de descuentos”. Sin embargo, las cámaras que representan a las farmacias siguieron cuestionando ayer la forma en que se ejecutan los reintegros. Por ejemplo, del 40 por ciento de descuento que aplican a los usuarios, las prepagas “sólo abonan el 15 por ciento”, sostuvo la Confederación Farmacéutica Argentina (COFA), una entidad que nuclea a 12.000 empresas en todo el país. De no alcanzar una solución, amenazan con dejar de efectuar los descuentos a partir del próximo 12 de enero.

El conflicto de fondo pasa porque las cámaras que nuclean a los vendedores de remedios quieren renegociar la forma en que se distribuyen los descuentos que aplican por vender medicamentos a los afiliados de las distintas prepagas y obras sociales. “Lo que queremos evitar es la molestia del usuario de tener que pedir el reintegro del medicamento en la sucursal o esperar que se le acredite el dinero en su cuenta, cosa que sería un incordio para todos”, indicó Belocopitt, quien agregó que los usuarios de Swiss Medical “seguirán recibiendo los descuentos”.

“Estamos con esta negociación hace muchos años. Las prepagas dicen que no les cierra el número con los niveles de consumo de medicamentos que tienen sus asociados. Ellos regulan el valor de la cuota según su conveniencia y nosotros vendemos los remedios de acuerdo con una lista de precios que está fija, mientras que nos suben los alquileres y los salarios. No podemos seguir financiándolos”, comentó a este diario, en su edición de ayer, el director ejecutivo del Colegio de Farmacéuticos y Bioquímicos porteño, Luis Antún.

Por ley, las obras sociales están obligadas a realizar descuentos en los medicamentos del orden del 40 por ciento. Si las farmacias se niegan a realizar estas operaciones, las obras sociales deberán hacerlos a través de reintegros, al igual que las prepagas, que en muchos casos reciben usuarios de los prestadores de salud sindicales. Más allá de los cruces entre los distintos actores, todo este conflicto surge porque no existe una ley que regule a los prestadores de medicina prepaga. El proyecto de ley que se encuentra en la Cámara de Diputados para su revisión establece la creación de un consejo mixto, formado por el Estado, las prepagas y los prestadores médicos.