“No renuncié para negociar y, por lo tanto, mi dimisión debe ser aceptada. Mi retiro, dos meses antes de que finalice mi mandato, obedece a la voluntad y responsabilidad de preservar la integridad de nuestra institución. Todos saben que pertenezco a una de las dos agrupaciones internas (la Celeste y Blanca), pero saben que, siempre, me desempeñé como presidente de todos.” Con estas palabras, Héctor Méndez, por ahora titular de la Unión Industrial Argentina (UIA), intentó poner paños fríos a una interna que parecía ir camino al quiebre de la entidad fabril. De todas maneras, el Consejo Ejecutivo se reunirá el próximo martes para decidir si acepta o no la renuncia del empresario.

“No dudo de que estamos ante tiempos de cambio. Lo afirmé al comienzo de mi gestión que enfrentábamos tiempos de fronda y el recambio de autoridades siempre agita los ánimos. Mi renuncia busca contribuir a que se pacifiquen. No está originada por una cuestión de celos o de intereses. Es, apenas, una prenda de buena voluntad para preservar la casa que, en todos estos años, la tuve como propia y la sigo considerando así, al igual que todos mis colegas que me acompañaron y apoyaron durante mi gestión”, manifestó Méndez.

Sin embargo, el tenor de sus palabras nada dice si la entidad debe respetar el acuerdo de alternancia vigente hasta el momento o si se debería iniciar un proceso de elecciones internas para elegir al próximo titular de la entidad.

El cambio de autoridades debería ser en abril. Según el acuerdo vigente, la presidencia debe ser ocupada por un empresario perteneciente a la lista de Industriales. Sin embargo, el titular de FIAT, Cristiano Rattazzi, aliado de Méndez, señaló anteayer que “los acuerdos no pueden ser para siempre”. El empresario de la industria automotriz había hecho suyas las palabras de Javier Madanes Quintanilla, presidente de Aluar, que no integra la UIA desde hace diez años, pero aprovechó los “tiempos de fronda” para señalar la necesidad de terminar con el pacto de alternancia. Méndez también era de esta idea, que incluso llegó a manifestar durante el último encuentro del Grupo de los 6.

Tanto Rattazzi como Madanes Quintanilla e incluso Techint, que forma parte de la otra lista, tienen la idea de que el nuevo titular de la UIA sea un “empresario fuerte y con peso propio”, para constituir un núcleo dirigencial más duro y crítico del Gobierno.

La representación de la UIA está dividida entre un 50 por ciento de dirigentes que responden a los diferentes sectores productivos y otro 50 por ciento de dirigentes que son elegidos por región. Los llamados sectores sensibles (calzados, textiles, juguetes, entre otros) tienen una fuerte incidencia dentro de la entidad y el entramado productivo del país. Ante esta situación, los Industriales (sensibles) harán valer su peso dentro de la entidad para que se respete el acuerdo de alternancia.