La presidenta Cristina Fernández de Kirchner volvió a convocar ayer a un diálogo entre el sector empresario, los trabajadores y el Gobierno. Si bien es el tercer llamado que hace durante su gestión –el último fue en noviembre de 2010–, esta vez la mandataria le puso fecha al remozado Pacto Social: “Me gustaría reunirme la semana entrante con la nueva comisión directiva de la Unión Industrial Argentina, así que serán invitados”. El encuentro, adelantado por Página/12, será el puntapié inicial para abrir la convocatoria. “También nos vamos a reunir con la CGT”, agregó la Presidenta. La posibilidad de un acuerdo tripartito parece más cercana, y en ese sentido fue un gesto importante la presencia del secretario general de la CGT, Hugo Moyano, en la asunción de José Ignacio de Mendiguren anteayer al frente de la UIA.

La primera convocatoria de la jefa de Estado fue al poco tiempo de asumir. El Gobierno aspiraba a presentar un gran acuerdo para los festejos del Bicentenario. Sin embargo, el enfrentamiento con las corporaciones agropecuarias hizo naufragar el plan. Los industriales rechazaron firmar un acuerdo sin la presencia del campo. Hubo entonces un segundo llamado, en noviembre de 2010, durante la Conferencia Industrial de la central fabril. Antes que eso, Moyano y el entonces titular de la UIA, Héctor Méndez, mantuvieron una serie de encuentros privados para avanzar en un acuerdo sectorial, o de gobernabilidad, como lo llamaron, tras la muerte del ex presidente Néstor Kirchner. Ese intento quedó también trunco. Los cruces internos en la UIA para consensuar la próxima mesa directiva –que acaba de asumir– frenó los encuentros.

Cristina renovó ayer la invitación a “articular el diálogo” para avanzar en un crecimiento con desarrollo. “Nada le interesa más a esta Presidenta que seguir creciendo y que este modelo siga siendo ampliamente sustentable; es un compromiso que tengo con mi país, con el pueblo, como argentina”, señaló la mandataria. En su discurso argumentó que “es necesario articular el diálogo y también hacerlo en el marco de las políticas con números, en el marco de las políticas con perspectivas y con proyección a futuro para seguir creciendo”.

“La Presidenta lo que ha hecho es reafirmar la convicción de que hay que trabajar muy fuerte para que el modelo siga incluyendo argentinos”, señaló el ministro Amado Boudou luego del acto en Casa de Gobierno. La convocatoria, según expresó, abarca “no sólo a los sectores sino a todos los argentinos y argentinas a seguir construyendo este país”. El ministro sostuvo que las reuniones “tendrán su propia lógica y su propia dinámica”. El objetivo del llamado a un acuerdo tripartito es monitorear las expectativas inflacionarias y los pedidos salariales y, sobre ese último punto, bajar la conflictividad social. “La conflictividad no puede arruinarnos el modelo; la conflictividad no puede, como nos sucedió en la provincia de Santa Cruz, hacernos perder 300 millones de dólares luego de 24 días de huelga”, enfatizó la Presidenta.

De Mendiguren aseguró que “con la CGT, además de la mesa donde discutimos salarios, condiciones de empleo, también tenemos que discutir lo que tiene que ver con la película del país, no sólo con la foto del día de hoy”. “Cuando uno tiene esa visión conjunta de largo plazo con la CGT, entonces los problemas son más fáciles de resolver”, agregó. El empresario textil, en su discurso de asunción, había apuntado también al tema de la conflictividad, mientras en primera fila lo escuchaba atentamente Moyano. “Yo quiero que también haya un replanteo por parte de todos nosotros acerca de cómo abordamos los problemas del conflicto social, de puja por la distribución del ingreso, que es normal y que es natural”, puntualizó CFK.

La mandataria se dirigió también al empresariado. “Han tenido excelentes rentabilidades. Entonces es necesario comprometer a los trabajadores en la obtención de mayor grado de rentabilidad para poder mejorar entre todos el funcionamiento del modelo”, aseguró. La CGT, a través de su abogado y diputado nacional, Héctor Recalde, impulsa una proyecto de ley para que los empresarios participen a los trabajadores en las ganancias de sus firmas (ver aparte). El año pasado, la UIA y el resto de las cámaras empresarias se negaron a ir al Congreso a debatir el tema. Al menos en público, De Mendiguren fue uno de los pocos dentro de la central fabril que aceptó dar un debate en ese sentido. Ahora habrá que ver si como presidente de esa cámara mantiene la postura y se presta a una discusión de la medida.