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Si se tomara en cuenta la frase de Juan Román Riquelme, el Camp Nou podría considerarse el patio de la casa de Lionel Messi. Pero a partir de sus estadísticas y sus exhibiciones, el Santiago Bernabeu vendría a ser su casaquinta. En el mítico estadio del Real Madrid, el crack argentino consiguió ayer su sexto gol ante el clásico rival como visitante, con la inédita marca de haberle hecho en sus últimas cuatro excursiones. Y en total, ya son diez los tantos que le anotó en su carrera.

Cuando el 19 de noviembre de 2005 se presentó por primera vez, casi de manera inesperada de la mano de Frank Rijkaard, todos los flashes se posaron sobre Ronaldinho, aplaudido por hasta el público local tras el recital que significó aquel 3-0 del Barça. En un rol secundario, el argentino cumplió una gran labor y dejó en claro que no le pesaba la trascendencia del partido. Los siguientes dos partidos, mientras en Barcelona se vivía la transición de liderazgo entre el ex y el nuevo rey, Messi poco pudo hacer en las caídas 2-0 y 4-1.

Sin embargo, cuando Pep Guardiola lo puso como el estandarte más importante de su equipo, Messi brilló en cada visita. La más recordada fue el 6-2 de la Liga 2008/2009, cuando anotó dos goles en la derrota más humillante que haya sufrido la Casa Blanca en su historia. Esa tarde, Barcelona empezó a asegurarse el título de la temporada. Con menos glamour pero con la misma efectividad, al año siguiente repitió su costumbre: Asistencia de Xavi para el gol del 1-0, otra vez fundamental para definir la liga.

La aparición más reciente había sido hace dos semanas, con el penal del 1-1, que otra vez le sirvió media liga a su equipo. Ayer, de nuevo doble ración: primero llegó para tocar en el primer palo por entre las piernas de Casillas tras un desborde de Afellay y luego apiló defensores de manera similar al segundo gol de Maradona ante Bélgica en México ’86, aunque como entró por el otro lado debió definir de derecha. Así dejó a Barcelona a un paso de la final en Wembley. Y ratificó, por si hacía falta y parafraseando a Guardiola, que es el verdadero “puto amo” del Bernabeu.