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El Fondo Monetario elevó su preocupación frente al crecimiento que exhiben las economías latinoamericanas. Desde su perspectiva ideológica, lo que para las naciones de la región es una recuperación del atraso al que fueron sometidas por el modelo neoliberal, para el FMI es “peligro de sobrecalentamiento” por un crecimiento “superior al potencial” de estos países.

El último informe del organismo sobre las perspectivas económicas de la región define su mirada desde el título “Las Américas, atento al sobrecalentamiento”. En la presentación del documento, que tuvo lugar ayer en la ciudad de México, el FMI repite algunos de los lineamientos ya anticipados en el informe “Perspectivas Económicas Mundiales” presentado por el organismo en abril, en oportunidad de la Asamblea Anual de Primavera.

Según refiere, las economías latinoamericanas y caribeñas crecerán 4,7 por ciento este año y 4,2 en 2012, liderado por los países exportadores de materias primas. El estudio señala que “la demanda interna ha crecido a un ritmo incluso más rápido” que el del PIB de la región “impulsada por políticas macroeconómicas expansivas”. Un factor que, a juicio del FMI, es preocupante. En cambio, para las economías regionales, Argentina y Brasil entre ellas, ese impulso ha sido fundamental para sustentar el crecimiento incluso en la etapa de crisis globalizada.

Frente a los estímulos monetarios utilizados por varios países para contrarrestar la crisis mundial, el Fondo recomienda dejarlos de lado y adoptar el camino contrario. “Algunas consideraciones cíclicas hacen necesario un aumento adicional de las tasas de interés”, sugiere, sobre todo para países que están recibiendo mayores ingresos de capitales y por exportaciones. Es decir, políticas de retracción interna que compensen la expansión externa. Una fórmula de profundización de la desigualdad vastamente conocida en los años ’80 y ’90 por la región.