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Las ventas de oro al público en el Banco Ciudad han pasado de uno a dos kilogramos diarios en promedio “a veinte kilos por día en las últimas semanas”, según reveló ayer su titular, Federico Sturzenegger. “Es un activo que está en dólares y es un buen refugio”, señaló, aunque sin dejar de advertir que, “como todos los commodities, es muy volátil”.

Durante una entrevista radial, Sturzenegger comentó ayer algunas de las repercusiones locales respecto de la crisis internacional y la pérdida de confianza en el dólar y el euro, al menos a la vista de los inversores más sofisticados. “Los que compraron oro en los últimos meses, hicieron flor de negocio”, comentó, en referencia a la trepada del valor de la onza en lo que va de este año y, aunque menos aceleradamente, a lo largo de los dos anteriores.

Aunque quienes optan por el oro se arriesgan a los cambios permanentes de cotización, debido a la fuerte presencia de poderosos fondos especulativos en los mercados internacionales, el metal hoy parece ser preferido respecto de las tradicionalmente consideradas monedas fuertes: el dólar y el euro. Según explicó, la incertidumbre genera hoy más desconfianza respecto de las monedas que sobre los metales.

“La tendencia es muy fuerte, la gente encuentra un refugio de valor aún muy importante y eso se refleja en el precio”, indicó el titular del Banco Ciudad, justificando por qué el oro sigue tan demandado pese a haber trepado ya a un valor superior a los 1850 dólares la onza en la última semana.

En su opinión, “lo que más impulsa el precio del oro es que las tasas de interés están bajas”. Esta semana, la tasa de los bonos a diez años del Tesoro norteamericano descendió a un dos por ciento anual, en un esfuerzo por detener la caída en el consumo y, en consecuencia, la prolongación del estancamiento. Para muchos especialistas, la caída en los mercados bursátiles, el imparable ascenso del oro y las fracasadas gestiones de los líderes europeos por llevar tranquilidad a los mercados alimentan los pronósticos de que la economía mundial está en camino de ingresar a una nueva fase recesiva.