[cerrar]

Comparta esta nota con un amigo

E-Mail de su amigo
Su nombre
Su E-Mail

La juventud que acompaña la candidatura de Néstor Kirchner para la presidencia, agrupada en los “Jóvenes K” (JK), propuso la eliminación del IVA para los productos de la canasta básica de alimentos. Según la fracción aggiornada de la antigua JP, la medida permitirá ahorrar unos 50 pesos mensuales a cada hogar, lo que para las familias con menores ingresos significaría contar con fondos extra para adquirir aun más alimentos.
La propuesta de los JK que integran los cuadros técnicos que acompañan la candidatura del santacruceño busca ser un paliativo al congelamiento salarial que persiste tras la devaluación. Mientras los ingresos de los trabajadores prácticamente se mantuvieron sin variaciones, el valor de la canasta familiar se incrementó el 54 por ciento. En consecuencia, una familia tipo paga por dicha canasta básica 332,36 pesos, lo que significa que con un ingreso medio de 400 pesos, destina un 83 por ciento del gasto a alimentos y bebidas. En términos de consumo, esto motivó una fuerte disminución de la demanda de productos básicos. Por ejemplo, el consumo de carne bajó un 9,2 por ciento y el de leche un 17 por ciento. Para los JK, esta realidad obliga a muchos argentinos a cambiar su dieta.
Para mitigar este problema, la agrupación propuso reducir la carga impositiva eliminando el IVA a los productos de la canasta alimentaria. Y si bien productos como la leche fluida común o el pan están exentos de este gravamen, el coordinador de los JK, Nicolás Trotta, consideró que con esta medida los argentinos verán en forma inmediata disminuir el precio de la canasta familiar en forma notable. “El kilogramo de carne picada disminuirá un 10,5 por ciento, el azúcar, los fideos, el arroz y la yerba un 21 por ciento”, reseñó.
Según el estudio, “el costo fiscal teórico de la medida se situaría en torno a unos 200 millones de pesos mensuales, bajo el supuesto conservador de una tasa de evasión conservadora del 30 por ciento”. Aunque dicho costo sería parcialmente compensado con el aumento del consumo de otros bienes.
No obstante, la experiencia demuestra que, dada la estructura oligopólica de los mercados locales, las bajas impositivas no suelen trasladarse a precios. Algo de ello se observa en la controvertida experiencia con los productos primarios, los que pagan un IVA diferencial del 10,5 por ciento en vez de 21.