La balanza comercial arrojó en marzo un saldo superavitario de 1077 millones de dólares, un incremento anual del 108 por ciento que se explica por la caída de las importaciones, según el Indec. La compra de bienes al exterior bajó un 8 por ciento con respecto al mismo mes del año pasado, comportamiento vinculado con la desaceleración industrial y con la política de administración de comercio que despliega el Gobierno. En el primer trimestre, el monto total importado presenta una leve variación negativa en relación con el mismo período de 2011, lo que permitió junto a un incremento en las exportaciones que el ingreso de dólares por la vía comercial llegue a 2969 millones, un avance interanual del 90 por ciento. Bienes de capital, intermedios y de consumo y combustibles y lubricantes movilizaron la baja de las importaciones en marzo.

Las compras externas muestran un comportamiento a la baja cuyo último antecedente se encuentra en 2009, cuando la crisis internacional impactó en la economía argentina. En noviembre de ese año se produjo la última caída antes del retroceso de febrero, del uno por ciento, que se profundizó el mes pasado. Se puede trazar un paralelismo con la dinámica de la actividad manufacturera, que también mostró una caída en febrero, la primera desde septiembre de 2009, y en marzo creció 1,8 por ciento, cuando un año atrás avanzaba a un ritmo del 9 por ciento. La actividad industrial tracciona buena parte de las importaciones, a través de la adquisición de insumos, equipos y maquinarias.

Las compras al exterior totalizaron en marzo 5199 millones de dólares, una caída anual del 8 por ciento. El principal rubro fueron los bienes intermedios, que cayeron 10 por ciento (4 en cantidades y 6 por ciento de los precios), por menores compras de mineral de hierro aglomerado y sin aglomerar, tubos soldados utilizados en oleoductos y gasoductos, fosfato monoamónico y diamónico y alúmina calcinada. En tanto, la importación de combustibles y lubricantes bajó un 19 por ciento, a partir de una caída del 22 por ciento en la cantidad adquirida de fueloil y gasoil.

Bienes intermedios y los menores requerimientos de energía se vinculan con el desempeño manufacturero. La mitad del déficit comercial en manufacturas industriales viene dada por la producción de autos, que cayó 5,1 por ciento en marzo, y la metalmecánica, que pasó de crecer a un ritmo del 8 por ciento a un valor de 1,9 por ciento.

Los bienes de capital bajaron un 29 por ciento en cantidades y un 21 por ciento en valor. En este segmento también se encuentran mercancías que utiliza la industria. El Indec subrayó la caída de teléfonos celulares portátiles, computadoras portátiles, camiones, juegos tragamonedas y compresores de gases. También cayó fuerte bienes de consumo (-22 por ciento), por menores compras de azúcar de caña, cámaras fotográficas, libros, folletos e impresos y carne porcina congelada.

En bienes de capital y bienes de consumo influyen una serie de factores, como la desaceleración del consumo privado y de la inversión, junto a la política de administración de comercio que aplica el Gobierno. El control oficial sobre las importaciones incidió en alimentos y bebidas elaborados para el hogar y bienes de consumo no duraderos, semiduraderos y duraderos, todos rubros con fuerte caída anual.

En cambio, piezas y accesorios para bienes de capital creció un 16 por ciento, por compras de circuitos impresos, partes de turbinas de gas, partes para aparatos eléctricos de telefonía, cajas de cambio, partes para aparatos receptores de radiotelefonía y televisión. La razón de este comportamiento podría deberse a la sustitución de importación de bienes finales por la compra de los componentes, como en el caso de Tierra del Fuego. También creció un 5 por ciento la importación de automóviles.

Por el lado de las exportaciones, el total de 6276 millones de dólares supone una suba anual del 2 por ciento. Las manufacturas de origen industrial crecieron un 16 por ciento, donde se destacó, según el Indec, la venta de biodiésel hacia España. El país ibérico anunció que dejará de comprar ese producto como represalia por la expropiación del capital de Repsol en YPF. En el primer trimestre, las ventas totales de biodiésel, a todos los destinos, fueron de 554 millones de dólares. También se destacó el envío de tubos sin costura para entubación o producción de pozos de petróleo hacia Estados Unidos, Indonesia e Irak. En cambio, la venta de manufacturas de origen agropecuario decreció un 3 por ciento, a raíz de menores ventas de harina y pellets de soja, mientras que combustibles y energía cayó un 25 por ciento por la baja en petróleo crudo y gas de petróleo.