Repsol informó ayer que canceló su contrato de suministro de Gas Natural Licuado (GNL) con el gobierno argentino. La petrolera le envió una carta a Enarsa en la que dice que “en virtud de varios aspectos”, como el impago de un cargamento anterior y las peticiones de la empresa argentina para que aumentaran los precios de futuras partidas y se ampliaran las fechas para entregar éstas, el contrato se considera “nulo por falta de cumplimiento”. El Ministerio de Planificación respondió a través de un comunicado donde aseguró que todas las cargas de GNL acordadas con Repsol “ya fueron reemplazadas porque sabíamos que, como siempre, iban a incumplir, de la misma manera que lo hicieron durante los años que controlaron YPF”.

La petrolera española sostuvo a través de un comunicado que “la expropiación del 51 por ciento de las acciones en YPF demuestra que el país no tiene intenciones de respetar el contrato de suministro”. El Gobierno respondió que el suministro que antes era provisto por Repsol ahora “está garantizado, a través de otros cuatro proveedores, a precios similares a los que pagan los países de la región”. El 6 de mayo, Planificación había informado a través de un comunicado que a principios de año el Gobierno acordó la compra de GNL a Repsol a un promedio de 13 dólares el millón de BTU, mientras que Brasil y Chile habían cerrado compras por 17 dólares. Por lo tanto, se supone que esa diferencia es la que tuvo que afrontar ahora que Repsol interrumpió la entrega.

Por otra parte, Crédit Suisse le comunicó ayer a la SEC de Estados Unidos que exigió al Grupo Petersen, en representación del grupo de bancos acreedores, el pago de la cuota vencida del préstamo que permitió la compra de las acciones de YPF en 2008.