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El viejo modelo de Banco Nación que se comporta “como el socio bobo al que se recurre cuando se quiere obtener un crédito, pero al que se relega a la hora de pagar” se terminó, sostuvo en su discurso de asunción la nueva presidenta de la entidad, Felisa Josefa Miceli. En el mismo acto, el ministro de Economía, Roberto Lavagna, volvió a defender el rol de la banca oficial como instrumento para el desarrollo económico. Asimismo consideró que “la banca pública está para quedarse y para ser fortalecida”. De este fortalecimiento dependerá que quienes demandan la privatización de la entidad se queden sin argumentos.
En el acto realizado en el Salón de Mármol del Nación, Lavagna dijo ante numerosos funcionarios y representantes del mundo financiero y la producción que “en esta nueva etapa de reformas estructurales encarada por el Gobierno queremos que el Banco de la Nación tenga un papel central en el desarrollo argentino”.
El ministro consideró también que la banca pública debe estar “adaptada a los tiempos, cambiando lo necesario para competir en el mercado con eficiencia”. Cumplir con esto dejará sin argumentos a quienes proponen la privatización de la banca oficial, razonó. En esta línea, y sin nombrar taxativamente al Fondo Monetario Internacional, organismo que demanda activamente la privatización del Nación, Lavagna expresó que “el problema no son los pedidos que nos llegan sino la actitud que tengamos frente a esos pedidos”.
Por su parte, la nueva presidenta sostuvo que su gestión estará en sintonía con el “objetivo de un país en crecimiento anunciado por el presidente Néstor Kirchner”. “La tarea de defender el Banco Nación” se asimila a “defender la Nación”, sostuvo repitiendo un antiguo slogan publicitario de la entidad pública.
Miceli también llamó al personal y a los funcionarios de la entidad a “defender al banco sin dobleces y sin dobles discursos”. Recordando la experiencia pasada del Nación, especialmente en materia de otorgamiento de créditos políticos que terminaron afectando gravemente la situación patrimonial del banco, la funcionaria llamó a terminar “con el esquema en el cual el Nación es el socio bobo al que se recurre cuando quiere obtenerse un crédito, pero al que se lo relega a la hora de pagar”.
Felisa Miceli es una economista que lleva varios años trabajando cerca del ministro, tanto en el ámbito privado como en el oficial. Entre 1983 y 1987 fue directora del Banco de la Provincia de Buenos Aires, y desde mayo del 2002 se desempeñó como representante del Ministerio de Economía ante el Banco Central.
En un reportaje concedido a este diario, Miceli había adelantado que espera la renuncia de la totalidad de los funcionarios políticos de la institución. Se trata de alrededor de medio centenar de gerentes y asesores con muy altas retribuciones que, en distintas capas geológicas, quedaron de gestiones anteriores. La presidenta espera analizar la permanencia de cada funcionario caso por caso. “No se puede cambiar el rumbo de un barco tan grande sin la gente adecuada”, expresó. Sin embargo, negó que se produzcan despidos en el personal de planta.
Miceli también negó la privatización de la entidad. “Hablar de privatización me pone mal. Yo no vine al Nación para privatizarlo”, sostuvo. No obstante, la nueva presidenta no descartó la privatización parcial que adelantó Lavagna durante la gestión de Eduardo Duhalde, pero dijo que deberá considerarla luego de ponerse al tanto de “los números del Banco”. “Por ahora no puedo descartar la privatización, porque así como una critica el fundamentalismo de mercado, no puede quedar en la otra vereda y negarse a pensar en determinadas herramientas”, concluyó.