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Guillermo Nielsen dejó ayer algunas definiciones de lo que se viene en relación con la reestructuración de la deuda. El secretario de Finanzas dijo que ese tema se convertirá en “el eje central” del próximo acuerdo con el Fondo Monetario. Y que las metas fiscales que se establecerán en ese pacto funcionarán como garantía de que la Argentina cumplirá con los nuevos compromisos. Si bien no dio precisiones sobre montos ni estimaciones, se mostró optimista de que los acreedores aceptarán las “quitas” y “corrimiento de plazos” que se propondrán. Y polemizó con Alfonso Prat Gay sobre la manera de negociar con los inversores internacionales.
Nielsen hizo declaraciones ayer por la tarde durante un contacto con la prensa, en el quinto piso del Palacio de Hacienda, por el Día del Periodista. En ese marco, aseguró que el tema de la deuda todavía no se incluyó en las negociaciones con el FMI, pero adelantó que la cuestión pasará al primer plano cuando se inauguren las conversaciones para un acuerdo de largo plazo.
En la misma línea que el presidente Néstor Kirchner, apuntó que los pagos se ajustarán a las metas fiscales que se acuerden con Washington. Y, si bien no dio estimaciones, la idea es atar los pagos al crecimiento de la economía. La formulación de los objetivos fiscales formará parte de una trabajosa negociación, que se inaugurará no bien el FMI dé por aprobadas las metas del primer trimestre. Mientras el FMI quiere un superávit fiscal de 4 puntos del Producto Bruto, Economía aspiraría a un excedente de 2,5 puntos que vaya creciendo hasta 3,5 puntos del PBI a lo largo del próximo año.
En su conversación con los periodistas, Nielsen rechazó las críticas realizadas por el presidente del Banco Central. Prat Gay había dicho que Lavagna desaprovechó el mejor momento para renegociar la deuda, cuando la economía estaba “de rodillas”, atravesando el peor momento de la crisis. Según el funcionario, era el tiempo para conseguir una quita mucho más importante que la que se conseguirá ahora. “Si se mira sólo el precio de los bonos, es cierto que el mejor momento ya pasó”, concedió Nielsen. Pero, acto seguido, fue duro en su crítica. “La negociación no es tan lineal, y lo que hay que entender es que el mejor momento para negociar es cuando uno puede generar la confianza necesaria entre los acreedores para que acepten la oferta que uno les hace”, sentenció el funcionario. Según el secretario de Finanzas, la Argentina conseguirá quitas y prórrogas en los vencimientos de la deuda. “Ahora no se negociará en un ambiente caótico sino con variables macroeconómicas estables”, remató.
Sin saberlo, con sus declaraciones de ayer, Nielsen envió un mensaje de tranquilidad a cientos de ahorristas italianos. En Italia existe un revuelo político en torno de las inversiones en bonos de la deuda argentina. Además de esperanzar a los inversores europeos, al aseverar que la reestructuración de la deuda será un “eje central” de las próximas negociaciones, los dichos del funcionario aparecieron justo cuando en Italia se abrió una investigación para conocer la responsabilidad de los bancos de ese país en la colocación de títulos argentinos que dejaron de pagarse. La Asociación de Bancos y el ente regulador del mercado de capitales quieren saber si hubo negligencia en las recomendaciones para adquirir bonos argentinos en default.