Las empresas del complejo cerealero y oleaginoso liquidaron la semana pasada algo más de 726 millones de dólares y acumulan desde comienzos de año ventas superiores a los 8 mil millones de dólares. Ese monto representa un nivel similar al del mismo período de 2012. Durante los últimos meses, la venta de dólares provenientes de exportaciones del agro se aceleró y en el sector esperan que siga en este ritmo hasta mediados de año. El mayor ingreso de divisas se vincula principalmente con las colocaciones de soja y sus derivados, gracias a la buena cosecha y los atractivos precios internacionales (ver aparte).

A pesar del buen desempeño del principal complejo exportador, persiste un problema de escasez en la oferta de dólares, que presiona sobre las reservas internacionales del Banco Central a través de las importaciones y el pago de la deuda externa. De ahí que el Gobierno haya implementado el blanqueo de ahorros en divisas, con el fin de dinamizar al sector inmobiliario y el energético, pero sin perder reservas.

El secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, en declaraciones televisivas, se refirió el domingo a la dinámica en la liquidación de divisas del agro. Moreno consideró que la situación política “hubiese sido de una gravedad notable si los grandes exportadores hoy no nos estuvieran liquidando las divisas”. “Estaríamos ante un problema extremadamente serio, pero las están liquidando”, agregó. En función de la buena entrada de dólares por esa vía “no se habla más de no vender la soja”, señaló el funcionario. “Si yo tengo las divisas todos los días, es lo mismo que la vendas o no la vendas (la cosecha de soja)”, explicó, con relación a una potencial decisión de boicot de parte de los productores.

El Gobierno considera que logró desdibujar de manera satisfactoria la alianza entre los terratenientes nucleados en las corporaciones de la Mesa de Enlace, férreos opositores y las empresas exportadoras, que en su mayoría son multinacionales. El propio Moreno mantiene un buen diálogo con las cerealeras. En ese sentido, en el sector destacan como una reunión fundamental, para la tranquilidad del Gobierno, la que se produjo entre las firmas y el secretario a comienzos de abril. Allí le aseguraron que no habría problemas con la liquidación de las divisas, a pesar de la oposición de las corporaciones, que barajaron la posibilidad del lockout.

Moreno analizó que “los exportadores están emparentados, casados, con sus proveedores, que son los socios de la Rural”, en relación con la clase terrateniente. “Por primera vez, diría, se produjo una gran división entre los grandes exportadores y la oligarquía dueña de la soja, que beneficia al proyecto nacional y popular. Eso ha frenado esta hipótesis de cambio institucional producto del desgobierno que ellos querían generar”, indicó el funcionario, y detalló que las corporaciones de la Mesa de Enlace “hace cuatro meses pedían que no se venda soja”. El funcionario también mostró con cifras la concentración que existe en el agro. Detalló que sólo 24 personas jurídicas en el país producen el 40 por ciento del trigo, materia prima de alimentos de consumo popular, al tiempo que el 80 por ciento de la producción de soja pertenece al 20 por ciento de los productores.

En el primer trimestre del año, las cerealeras liquidaron casi 4 mil millones de dólares, y en abril y lo que va de mayo, ese monto ya se duplicó. Se espera que la cosecha de soja se ubique entre 48 y 51,6 millones de toneladas, una importante suba con respecto a las 40 millones de toneladas de la campaña pasada, que fue afectada por el clima.

Entre febrero y abril se liquidaron las divisas de la exportación de maíz, cuya cosecha fue sobresaliente, tanto por los rindes por hectárea como por los precios, en alza por la sequía en Estados Unidos. Esos valores fueron aprovechados, con grandes ventas a futuro, a fines del año pasado, cuando el Gobierno abrió un cupo de exportación muy importante. En el caso del trigo, el Gobierno anunció el reintegro de los derechos de exportación para mejorar su rentabilidad relativa.