El convulsionado contexto financiero internacional sirvió de excusa a algunos inversores para dolarizar posiciones y desprenderse de otros activos. Mientras las acciones líderes en el mercado local retrocedieron 1,6 por ciento en promedio, las operaciones en la plaza cambiaria finalizaron con un alza de un centavo en el dólar minorista, a 5,36 pesos. En el segmento paralelo, los precios que se pidieron en las cuevas se ubicaron en torno de los 8,05 pesos. El Banco Central intervino con compras por 40 millones de dólares, que permitió una aceleración en el ritmo de devaluación del peso, al 18 por ciento para los últimos dos meses. Las reservas del Central contabilizaron 38.048 millones de dólares, con un retroceso de casi 300 millones desde el miércoles último, por la depreciación del euro y la caída en la cotización del oro en cartera del organismo.

En las últimas semanas, las intervenciones oficiales, luego de reducir la operatoria informal, convalidaron una mayor apreciación del dólar, que permitió al peso no perder terreno frente al real, principal moneda de referencia por el intercambio comercial con el país vecino. Si bien logró ayer un leve repunte –de 0,6 por ciento– a 2,22 reales por dólar, la moneda brasileña continúa cayendo frente al dólar. La principal explicación es la fuga de capitales de los mercados emergentes de parte de quienes buscan cubrirse ante la posibilidad de que la Reserva Federal decida dar por concluida su política monetaria de estímulos a una economía que comienza a repuntar.

Si la economía estadounidense confirma la mejora que evidencian los indicadores, la Fed podría retirar los estímulos antes de que finalice el año, señaló el titular del banco federal, Ben Bernanke. Las inyecciones del banco central estadounidense, junto a las de su par europeo, explicaron la gran liquidez de los mercados, que buscaron rentabilidad en las plazas emergentes. Finalizada esa política, se prevé una retracción en las colocaciones. A esto se suma el Banco Popular de China, que rechaza cualquier tipo de inyección de liquidez, pese a que la economía del gigante asiático exhibe un crecimiento menos vigoroso. La respuesta fue la caída casi generalizada de los principales índices bursátiles del mundo.

En la Bolsa porteña, las acciones perdieron 1,6 por ciento, al absorber las bajas que acumularon los mercados globales el jueves y el viernes último tras la referencia de Bernanke. En contraposición, los bonos de la deuda, en sus emisiones más negociadas, quedaron al margen del efecto dominó que impactó en las Bolsas del mundo. El Boden 2015 subió 0,2 por ciento y el Bonar 2013 avanzó 3,3 por ciento. En tanto, las mayores tasas de crecimiento que está evidenciando la actividad económica favorecen a los Cupones PIB, que ayer escalaron 1,9 en la versión en pesos y hasta 4,3 cuando se trató de la versión nominada en dólares.