“La gente ya invierte poco ahora en títulos y acciones y creo que esto no ayudará”, señaló ayer el titular de la AFIP, Ricardo Echegaray, en referencia al proyecto para gravar la renta financiera. En su primera manifestación pública sobre la iniciativa que impulsan sectores del oficialismo, Echegaray se mostró crítico respecto del alcance en términos recaudatorios, más si lo que se pretende es bajar la incidencia del Impuesto a las Ganancias sobre los trabajadores. “Esta propuesta no es viable en términos económicos, más allá de las consideraciones sobre equidad, porque con el Impuesto a las Ganancias en la cuarta categoría la AFIP recauda unos 54.000 millones de pesos al año y por el impuesto a las transacciones financieras se llegaría a unos 5500 millones”, aseguró el funcionario durante una jornada de política tributaria organizada por IDEA. Las declaraciones de Echegaray se conocieron mientras en la sede de la CTA se realizaba un acto en apoyo del proyecto del diputado nacional por el Frente para la Victoria Héctor Recalde.

“He escuchado que quieren reemplazar con ese impuesto lo que se recauda por Ganancias en la cuarta categoría, aplicando una tasa del 15 por ciento a la renta financiera, lo que no parece efectivo. Pero es sólo una evaluación técnica”, expresó Echegaray. La postura del titular de la AFIP es compartida por otros miembros del gabinete económico que ven en la poca profundidad –escaso volumen negociado– del mercado de capitales un terreno poco fértil para aplicar este impuesto y consideran que el impacto será incluso una mayor retracción de las operaciones. El debate se da en momentos en que el Gobierno, a través de Economía y la Comisión Nacional de Valores, avanza en una reforma del marco bursátil para acercar los instrumentos del mercado al ahorrista.

“No ataca a los pequeños ahorristas, porque comenzaría a tributar a partir de los 100 mil pesos anuales de renta”, señaló Recalde, quien afirmó que el proyecto comenzará a tratarse en los próximos meses. No obstante, el autor de una de las iniciativas se manifestó cauto respecto de su aprobación en el transcurso de este año, debido a que “con las elecciones (legislativas) en puerta, los tiempos (en el Congreso) son otros”. Por el contrario, el titular de la CTA, Hugo Yasky, confió en que “será discutida y aprobada este año”. El diputado nacional de Nuevo Encuentro, Carlos Heller, estimó que la iniciativa habilitaría “la modificación de las escalas actuales del Impuesto a las Ganancias” porque este nuevo impuesto generaría una recaudación anual extra de 7000 millones de pesos.

Recalde presentó un proyecto para cambiar la denominación del Impuesto a las Ganancias por la de Impuesto a los Ingresos, que incluía una modificación para las escalas de la cuarta categoría y fijaba una serie de gravámenes para la renta financiera. Yasky hizo público el apoyo de esa central obrera a la iniciativa: “Entendemos la importancia de avalar un proyecto por la continuidad del proceso de recuperación de derechos y de distribución de la riqueza iniciado en 2003”. El líder gremialista destacó el acuerdo con la propuesta de “avanzar sobre el gravamen a la renta financiera, la reducción del trabajo en negro y la reforma del Impuesto a las Ganancias”.

En el acto organizado por los líderes empresarios, Echegaray se focalizó en los recursos tributarios que surgen de las facturaciones de las empresas, que en lo que va del año lleva acumulados un monto record de 2,2 billones (millones de millones) de pesos, frente a los 827.000 millones que se registraron en todo 2009. Actualmente, este último número constituye la meta de recaudación, mientras que para el año próximo se prevé una recaudación de un billón de pesos. Más allá de estas cifras, lo más destacado de las declaraciones del funcionario fue su oposición a gravar la renta financiera sobre personas físicas.