El ministro de Planificación, Julio De Vido, anunció ayer un plan de obras por 3950 millones de pesos que Edesur y Edenor deberán ejecutar para solucionar los problemas de distribución eléctrica que se registraron en las últimas semanas. Además, el funcionario aseguró que se les exigirá a las firmas incrementar sus cuadrillas y difundir todos los días en los medios de comunicación un detalle de las zonas con interrupciones en el suministro, la cantidad de usuarios afectados, las acciones que se están llevando adelante para solucionar los problemas y el tiempo estimado que demandará hacerlo. De Vido remarcó también que el Gobierno continúa analizando el desempeño que tuvieron las distribuidoras para resolver cuáles serán las sanciones definitivas y reiteró que buscarán capitalizar las inversiones que hizo el Estado en el sector durante los últimos años.

El viernes de la semana pasada, luego de haber dejado atrás el pico de cortes en el suministro eléctrico, De Vido anunció que Edesur y Edenor deberán resarcir a los clientes afectados, les aplicó multas por los problemas registrados, les ordenó incrementar la atención personalizada a sus clientes y resolvió quitarles el manejo del Fondo para Obras de Consolidación y Expansión de Distribución Eléctrica (Focede), que desde entonces es controlado por la Subsecretaría de Coordinación y Control de Gestión, que encabeza Roberto Baratta. La conferencia de prensa de ayer fue para mostrar las acciones que se llevaron adelante en la última semana y redoblar al mismo tiempo la presión sobre las distribuidoras, las cuales siguen en la mira a raíz de lo ocurrido.

De hecho, De Vido volvió a responsabilizar a Edesur y Edenor por los cortes de luz: “Las interrupciones en el servicio fueron porque fallaron los cables de distribución. Las inversiones ejecutadas por el gobierno nacional en generación y transporte permiten que en los puntos donde Edesur y Edenor se conectan al sistema hoy exista una oferta continua de energía de 12 mil megavatios. En el momento en que se batieron todos los records, el pico de demanda de Edenor y Edesur llegó a 9 mil megavatios. Hubo 3 mil megavatios adicionales disponibles que podrían haber sido distribuidos a los usuarios, mientras que la demanda de los clientes con cortes nunca superó los 40 megavatios”, aseguró.

Lo que siguió fue el anuncio de nuevas medidas para mejorar justamente el eslabón de la distribución. El Gobierno aseguró que Edesur y Edenor ejecutarán obras en Capital y el conurbano bonaerense por 3950 millones de pesos con recursos provenientes del Focede (ver aparte). En la actualidad, el fondo cuenta con apenas 240 millones de pesos y está previsto que este año recaude unos 1000 millones, a partir del cargo específico adicional que abonan los usuarios. Eso haría prever que las obras demandarán un plazo de más de tres años, pero la intención oficial es que el Banco Nación financie las inversiones para que se puedan realizar durante 2014 y luego devolver el préstamo con los recursos que ingresen en el fondo.

Al acelerar el plan de obras, será necesario reforzar las cuadrillas que se dedican a refacciones y mantenimiento. Por ese motivo, De Vido adelantó que el lunes se publicará una resolución del Ente de Regulación de la Electricidad (ENRE) obligando a las distribuidoras a trabajar con un mínimo de 500 cuadrillas, lo que supondrá un incremento, según adelantó, del 20 por ciento. Cada cuadrilla está integrada por 3 o 4 personas. Por lo tanto, la nueva resolución obligará a cada una de las firmas a tener entre 1500 y 2000 personas trabajando en la calle diariamente.

De Vido también volvió a poner énfasis en la necesidad de que las empresas mejoren la atención al cliente, otro de los aspectos en los que han venido mostrando falencias. El viernes de la semana pasada se dictó una resolución que las obliga a contar en un plazo de 15 días con un servicio de atención de emergencias que funcione las 24 horas y que deberá “ser atendido ineludiblemente por la cantidad de recursos humanos necesaria para cubrir la totalidad de los reclamos a ser efectuados”. De Vido dijo ayer que el objetivo inicial es que siete de cada diez llamados sean atendidos personalmente y que en diez días ese porcentaje deberá llegar al ciento por ciento.

Los vecinos denunciaron no sólo la desatención que se observa en el servicio telefónico sino también la falta de información de las empresas sobre los motivos que provocaron los distintos cortes y el tiempo durante el cual se extenderían. El Gobierno tomó nota y De Vido informó ayer que a partir de ahora, tanto Edesur como Edenor tendrán la obligación de difundir a través de los medios cuáles son las zonas afectadas por cortes de luz, la cantidad de usuarios sin servicio, cuál es el problema en cada caso y cuánto tiempo demandará solucionarlo.

El ministro buscó dejar en claro en todo momento que las medidas apuntan a acompañar el crecimiento de la demanda eléctrica y no a recortarla. “De ninguna manera es una opción para este gobierno reducir la demanda aplicando tarifas en dólares y precios prohibitivos para engrosar las arcas de las empresas”, aseguró. El funcionario sostuvo que el incremento tarifario engorda las ganancias empresarias, pero no garantiza un mejor servicio, tal como quedó demostrado durante el apagón de febrero de 1999. También respondió a quienes critican al Gobierno por haber reaccionado con estas medidas recién luego de que se produjeron los últimos cortes de luz, que afectaron a un promedio de 57 mil hogares por día durante la segunda quincena de diciembre. “Que conste que como poder concedente y acreedor prendario el Estado nacional ejerció siempre su derecho a obtener información, la cual muchas veces le fue retaceada y obligó a intimaciones reiteradas”, se defendió.