ECONOMíA › CUANTO SE GANA EN EL MUNDO POR EMITIR MONEDA
Greenspan y Prat Gay abajo
Por Julio Nudler
Como si alguien lo hubiese planeado, en la misma semana en que se dio a conocer una tabla mundial de los salarios que cobran los presidentes de los bancos centrales, a Alfonso Prat Gay se le abrió la esperanza de mejorar en alguna medida su muy desfavorable posición. Con las reformas a la Carta Orgánica del BCRA que aprobó anteayer Diputados, ese organismo podrá librarse del corsé en que el fugaz Adolfo Rodríguez Saá metió a todos los cargos políticos del Gobierno, con un sueldo tope de 3000 pesos mensuales. En adelante, el Central establecerá sus propios sueldos, aunque quedando sometido a la aprobación del Senado. En nombre de la independencia del instituto emisor, el Poder Ejecutivo no podrá imponerle techo alguno.
La tabla internacional de posiciones deparó una extraordinaria sorpresa: el banquero central que más gana es el que menos trabajo tiene. Se trata de Joseph Yam, jefe máximo del BC de Hong Kong, país que mantiene su régimen de convertibilidad, que, como aprendieron duramente los argentinos, reduce la banca central a una mera caja de conversión. Por esta labor el bueno de Yam gana 1.120.000 dólares anuales, diríase que algo más que su colega argentino, que se lleva unos 13 mil.
Quizás apuntando a acortar esta humillante diferencia, el nuevo estatuto legal del BCRA señala que “salvo expresas disposiciones en contrario, no serán de aplicación al Banco Central las normas, cualquiera sea su naturaleza, que hayan sido dictadas o se dicten para organismos de la Administración Pública Nacional, de las cuales resulten limitaciones a la capacidad o facultades que le reconoce la presente Carta Orgánica”.
En otro artículo se menciona, entre las obligaciones del Central, “elaborar y remitir para conocimiento del Poder Ejecutivo Nacional y para la aprobación del Honorable Senado de la Nación antes del 30 de septiembre de cada año el plan de acción y el presupuesto anual de gastos no financieros, el cálculo de recursos y los sueldos del personal, tanto para el Banco Central como para la Superintendencia de Entidades Financieras y Cambiarias”.
Pero no fue el caso Prat Gay el que levantó oleadas de comentarios en el mundo, muchos en tono sarcástico, sino el de Alan Greenspan, jefe de la Reserva Federal estadounidense, que apenas guadaña 172 mil dólares al año, poco más de dos quintos de lo que ha venido embolsando el holandés Wim Duisenberg por presidir el Banco Central Europeo, a pesar de haberse ganado el apodo de “Dim Wim”, traducible por Wim el lerdo, el opaco o aun el obtuso. Nada de esto le impide arramblar con 417 mil dólares anuales.
Más notable que eso es que su compatriota Nout Wellink se lleva 440 mil por conducir la banca central de los Países Bajos, a pesar de la desaparición del florín, subsumido en el euro. Malcolm Knight, cabeza del Banco de Pagos Internacionales, situado en Basilea, es remunerado con 450 mil, más o menos como varios banqueros centrales de Europa Occidental. Estos números no incluyen diversos extras, que por ejemplo le refuerzan a Mervyn King, gobernador del Bank of England, los 411 mil que percibe, dándole libre acceso a un lujurioso club de deportes, entre otras mundanidades.
No han faltado economistas que imaginaron atar la remuneración de los banqueros centrales al cumplimiento de las metas de inflación, incentivo que Prat Gay probablemente aprobaría. Pero Neil Courtis, uno de los que confeccionaron la tabla salarial para el Central Banking Magazine, criticó la idea: “No lo aconsejaríamos; sin necesidad de estímulos son ya terriblemente conservadores”, comentó, según consigna Faisal Islam en The Observer.
Para mayor oprobio de Greenspan, hasta el gobernador de la Reserva Federal de Nueva York gana mucho más. Bill McDonough, bien conocido por los argentinos, cotiza a razón de 315 mil dólares anuales.