“Desde los países de la región tenemos que inventar algo para darle una mano a la Argentina para que tenga un paragolpe y que el enfrentamiento sea global con América y no sólo con la Argentina”, aseguró ayer el presidente uruguayo, José Mujica, al hacer referencia a la disputa que mantiene el país con los fondos buitre. “Hoy van por ti y mañana por mí”, aseguró el mandatario, quien planteó que “estos fondos compran papeles de deuda por dos pesos y luego pretenden quedarse con todo”. El gobierno de Cristina Fernández de Kirchner espera poder abrir esta semana una negociación con los holdouts que fueron beneficiados por el fallo del juez Thomas Griesa. La expectativa oficial es que el magistrado neoyorquino primero restablezca la cautelar (stay) que evita embargos para poder cumplir el próximo lunes con los vencimientos de deuda ya previstos. De otro modo, cualquier diálogo estaría condicionado por el inminente riesgo de un default. Hasta ahora, el magistrado se mostró impermeable ante los pedidos argentinos y anoche en Economía no tenían confirmada ninguna audiencia. Por lo tanto, el escenario que se abre es sumamente incierto. En ese contexto, cobra un significado especial el respaldo regional que pueda lograr la Argentina.

El respaldo de Mujica se sumó al que el sábado formularon el Mercosur y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac). “Esta situación tiene relación con el hallazgo de Vaca Muerta, porque lo que van a querer negociar es comerle el petróleo a la Argentina por nada”, sostuvo Mujica. “Van a terminar planteando que paguen la deuda con esos recursos naturales”, finalizó el mandatario.

El escenario que enfrenta la Argentina es sumamente delicado. “He dado instrucciones al ministro de Economía para que nuestros abogados le soliciten al juez que genere las condiciones para poder llegar a un acuerdo que sea beneficioso e igualitario para el 100 por ciento de los acreedores”, aseguró el viernes la Presidenta. Representantes del fondo NML, principal demandante, ya dejaron trascender por varias vías que están dispuestos a negociar, pero el diálogo sólo podría tener lugar si Griesa restablece el stay. Si no lo hace, será prácticamente imposible llegar a un acuerdo antes del vencimiento del próximo lunes y entonces la Argentina se encaminaría al default técnico, el cual quedaría formalmente decretado 30 días después del vencimiento. Esto es así porque la Argentina no está dispuesta a cumplir con la sentencia tal como está, ya que les abriría la puerta a nuevos juicios, no sólo del resto de los que no entraron a los canjes sino también de los que sí entraron. Los bonistas que no hicieron juicio podrían reclamar el mismo trato que recibieron los holdouts, haciendo valer la cláusula RUFO (Rights Upon Future Offers, derechos sobre ofertas futuras). Esa cláusula vence en diciembre.