“El Estado nacional dispone de múltiples instrumentos para garantizar la liquidación del producto”, señaló ayer el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, en referencia al acopio de granos que realizan las cerealeras para forzar una devaluación de la moneda. Los dichos del funcionario fueron antes de que se reuniera con las primeras empresas del sector exportador, en una serie de encuentros bilaterales que tendrán como objetivo “verificar la meta de liquidación de exportaciones”, según había adelantado Capitanich en su conferencia en Casa de Gobierno. El funcionario se había reunido anteayer con los representantes de las cámaras que aglutinan a cerealeras y aceiteras (Ciara-CEC) y desde ayer los encuentros serán con cada una de las empresas. Reiteró la previsión de 25 millones de toneladas de soja sin liquidar, y sostuvo que la tendencia del precio del grano es declinante.

La Presidenta había apuntado contra las exportadoras de granos, quienes acopiaron buena parte de la producción para presionar sobre el tipo de cambio. Sin embargo, la especulación terminó jugándoles en contra por la caída en los precios de la soja (principal grano exportable). Ayer los contratos a futuro de la oleaginosa bajaron 0,6 por ciento y finalizaron en 343,37 dólares la tonelada. El poroto acumula una pérdida de 28 por ciento en lo que va del año. Esta caída retrajo aún más el ingreso de divisas por parte del sector. Capitanich ratificó que hay una tendencia decreciente en la liquidación. “En 2012 el flujo total de liquidación de exportaciones de soja fue de 5800 millones de dólares para el último trimestre. En 2013 fue de 4600 millones de dólares, y la previsión oficial para el tercer trimestre de 2014 es de 4200 millones de dólares”, remarcó el funcionario.

“Hay un stock acumulado sin liquidar de 25 millones de toneladas”, dijo Capitanich. El funcionario afirmó que “deberían generarse todas las condiciones para que en este trimestre no solo exista una expansión en el volumen total liquidado, sino también un ingreso más significativo de divisas”. “Con una cosecha superior a las anteriores, con un precio inferior, y con tendencia declinante, no hay motivo para especulaciones. El perjuicio es para el productor”, aseguró. En ese sentido, sostuvo que se utilizarán todas las medidas necesarias para inducir la liquidación y proteger al productor.

“A partir de hoy por la tarde –por ayer– tenemos una agenda bilateral con las distintas compañías para verificar la meta de liquidación de exportaciones. En la actualidad son marcadamente insuficientes”, adelantó el funcionario. Luego de la reunión que mantuvieron con las cámaras exportadoras e industrializadoras en Economía, donde se les aseguró que no habría una devaluación de la moneda como la de principios de año, Capitanich comenzó ayer a las 15.30 con la primera reunión de una ronda de encuentros con empresas exportadoras. “Serán reuniones empresa por empresa para acordar las metas de liquidación”, se limitaron a informar desde Jefatura. “Entendemos que existe una tendencia especulativa de las empresas comercializadoras. Esto atenta contra el interés nacional y el de todos los argentinos”, sentenció Capitanich.

Explicó que este menor ingreso de divisas de los exportadores impacta en toda la cadena productiva del sector. “Muchos camiones realizaron menos fletes, y muchos camioneros tuvieron menos ingresos. Hubo mucho menos trabajo para los trabajadores de estiba de cargas”, ejemplificó. “Ese ingreso adicional de divisas implicaría un impacto muy favorable al desenvolvimiento de otras actividades económicas de carácter conexo”, dijo el funcionario.

Insistió en que la actitud especulativa de los cerealeros es perjudicial para los intereses del país. “Observamos que cuando existe absoluta liberación para el proceso de liquidación de un tipo de cereal, por ejemplo de la soja que no requiere ningún tipo de autorización previa, no se liquida; y cuando se requiere de ROE (Reportes de Operaciones de Exportación) hay reclamos permanentes”, planteó el jefe de ministros. “Cuando tienen libertad para comercializar, no comercializan, y cuando el Estado regula, reclaman. Hay un sinsentido”, agregó Capitanich. Y reiteró: “Existen todas las herramientas de parte del Estado para garantizar que se termine con las maniobras especulativas”.