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“Un fracaso total”, fue la terminante valoración que ayer hizo Roberto Lavagna sobre el sistema de AFJP. E inmediatamente propuso el modelo jubilatorio que debería reemplazar al actual: “un nuevo sistema mixto”, definió, sin dar mayores precisiones. La ofensiva del Gobierno contra el sistema privado de jubilaciones no se detiene, y las últimas declaraciones del ministro de Economía no hacen más que ponerlo a plazo fijo. Sólo haría falta conocer la fecha en que se le dará de baja.
Lavagna hizo declaraciones radiales a pocas horas de su regreso desde París, adonde había desembarcado tras su paso por Dubai. Antes, en horas de la mañana, Gustavo Beliz había sido el encargado de la avanzada oficial contra las AFJP. Dijo que existe un manejo “irregular” de las inversiones de los afiliados. “Son trámites bastante sospechosos”, añadió. Y que por eso sería conveniente que la Justicia “tome cartas en el asunto”. No es una exhortación liviana, teniendo en cuenta que Beliz es el actual ministro del área.
La pretensión oficial de cambiar el régimen jubilatorio había sido anticipada a Página/12 por el secretario de Seguridad Social, Alfredo Conte Grand. Lavagna no hizo más que confirmar esa decisión de máximo nivel. Si bien Lavagna no lo expresó, en el Gobierno están pensando en el modelo sueco de jubilaciones, que Página/12 detalló en su edición de ayer. En ese sistema, el 90 por ciento de las contribuciones se destinan al reparto y el resto va al mercado de capitales. Pero ni siquiera en este caso existe la intermediación. Tampoco las comisiones. Y las inversiones se destinan al instrumento financiero que el aportante elija dentro de un menú ofrecido por el Estado, que además es quien lo administra.
La ofensiva oficial se fue intensificando con el correr de las horas. Comenzó al día siguiente de la presentación de la oferta de reestructuración de la deuda. Esa propuesta tiene un impacto sobre los fondos administrados por las AFJP ya que las administradoras invirtieron el 75 por ciento de los fondos de sus clientes en títulos públicos en default. La defensa de las empresas –acerca de que fueron obligadas a hacer esas inversiones– es rechazada por Lavagna. El ministro afirmó que el Gobierno les dio la chance de pesificar esos pasivos, y así quedar a salvo de la quita, posibilidad que las compañías rechazaron. Esa decisión podría generar una ola de demandas judiciales en contra de las AFJP, propiciadas por los afiliados, diagnosticó el titular del Palacio de Hacienda.
Si bien desde las compañías rechazan este escenario, lo cierto es que ayer se presentó la primera denuncia penal por defraudación contra las administradoras. El caso, que previene sobre el posible “vaciamiento” de las AFJP, quedó en manos del juez Enrique Velázquez.
Al requerir la activa participación de los jueces, Beliz consideró que las investigaciones deberían recaer sobre las comisiones “abusivas” cobradas por las administradoras y las decisiones de inversión tomadas por los gerentes financieros. “Es una muy buena oportunidad para que la Justicia tome cartas en el asunto y proteja el derecho de quienes ahorraron en el sistema previsional”, sugirió el ministro. La severa crítica de Beliz no terminó ahí. No sólo censuró los costos de las comisiones sino que aseveró que se cobran sobre “trámites que, a mi juicio, son bastante sospechosos. O al menos equívocos, irregulares, de muchos de sus gerentes”.
El titular de la Anses, Sergio Massa, opinó en el mismo sentido que Lavagna. Previó que habrá reclamos por parte de los clientes ante los resultados negativos que tendrán las decisiones de inversión. Massa dijo que las AFJP se apoyaron en “la comodidad que significó, en algún momento, comprar títulos públicos, aun asumiendo un alto riesgo, porque la rentabilidad les permitía mostrar buenos resultados”.
Después del acuerdo con el Fondo y presentada la propuesta por la deuda, las AFJP pasaron a ser el centro de los cuestionamientos del Gobierno. El sistema, ideado por Domingo Cavallo en los años 90, había sido criticadopor la Alianza, al comienzo de su gestión. Pero esas objeciones nunca pasaron de los papeles a la acción. Por las últimas definiciones de los funcionarios, todo indica que esta vez habrá cambios profundos.