ECONOMíA › GRIESA RECHAZó UN PEDIDO DE TENEDORES DE BONOS EN EUROS PARA PODER COBRAR

Otro fallo a medida de los buitres

El juez no quiere habilitar excepciones que debiliten su dictamen. A su vez, apuesta a marcarle la cancha a la Justicia europea.

El juez de Nueva York Thomas Griesa rechazó un pedido de tenedores de bonos en euros bajo legislación inglesa que habían solicitado una aclaración del magistrado que les permitiera cobrar 225,8 millones de euros depositados a fines de junio por Argentina en el Banco de Nueva York (BoNY). Específicamente, lo que le habían reclamado al juez, en una presentación hecha hace casi cinco meses, es que explicite que su fallo no alcanza a las entidades encargadas de procesar los pagos de los bonos en euros. Griesa nunca había respondido y en los hechos mantuvo firme el bloqueo del cobro de los intereses correspondientes a esos bonos. Sin embargo, ahora creyó necesario explicitar su negativa. “Aceptar lo pedido implicaría empezar a hacer excepciones importantes al fallo y a las órdenes originales, que fueron confirmadas por la Corte y reafirmadas por la Cámara de Apelaciones del Segundo Circuito”, aseguró al rechazar la solicitud. La decisión de salir en este momento parece un mensaje destinado al juez británico Guy Newey, que a mediados de diciembre debe resolver una serie de pedidos formulados por los eurobonholders que podrían servir para incrementar la presión sobre el BoNY, entidad que mantiene bloqueado el dinero.

La solicitud de aclaración había sido presentada por Christopher J. Clark, abogado de los tenedores de bonos con legislación inglesa, el pasado 29 de junio. En ese texto, los eurobondholders, grupo que incluye a los fondos Quantum Partners, de George Soros, y Hayman Capital Master, del multimillonario texano Kyle Bass, le remarcaron al magistrado que la cadena de pagos de sus bonos está fuera de la jurisdicción estadounidense, ya que se realizan mediante entidades europeas. “El proceso de pago para los bonos en euros jamás ingresa a Estados Unidos y sólo involucra a bancos y entidades financieras extranjeras”, remarcaron. “Confiando en declaraciones imprecisas de los demandantes (N.d.R: los fondos buitre), la Corte nombró en sus órdenes a algunas entidades extranjeras que procesan los pagos de los eurobonos”, agregó el documento presentado a Griesa por el representante de un grupo de hedge funds. Griesa no había respondido al pedido, pero ahora decidió cambiar su postura y explicitar la negativa en sintonía con una presentación reciente del abogado de NML Capital, Robert Cohen, y desconociendo una solicitud de Christopher Clark donde se le reclamaba que aguardara la decisión de Newey antes de expedirse.

De este modo, Griesa busca influir sobre la demanda que realizaron los eurobonholders en la Justicia londinense contra el BoNY. Los inversores realizaron tres pedidos. En primer lugar, solicitaron declarar que los euros depositados por Argentina en las cuentas del BoNY el 26 de junio les corresponden. En segundo término, reclamaron una declaración de la Justicia inglesa afirmando que una orden de una Corte extranjera no puede afectar un contrato gobernado por el derecho inglés. Por último, pidieron una medida cautelar para que el BoNY no pueda distribuir sus euros entre los buitres ni reintegrárselos al país.

El encargado de resolver es el juez Guy Newey. Hasta ahora el magistrado evitó cuestionar las decisiones del juez Griesa. De hecho, ya desestimó avanzar con la medida cautelar. Sin embargo, adelantó que sí se pronunciará sobre las declaraciones solicitadas en una audiencia que tendrá lugar entre el 17 y el 19 de diciembre en Londres. Las partes no esperan una definición que tenga efectos prácticos inmediatos, pero si el juez británico, como se especula, explicita que una orden de una Corte extranjera no puede afectar un contrato gobernado por el derecho inglés reafirmará la posición de los tenedores de bonos europeos para que avancen sobre el BoNY y debilitará la posición de Griesa y de los buitres. En este contexto, la jugada del juez neoyorquino puede ser interpretada como un intento de marcarle la cancha a Newey, condicionando su decisión. Ahora será el turno de la Justicia británica, que puede alinearse con Griesa o tomar distancia y abrir la puerta a un conflicto judicial de consecuencias que por ahora resultan difíciles de predecir.

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Griesa se tomó casi cinco meses para explicitar su negativa.
Imagen: EFE
 
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