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Los bancos aceptaron mantener la suspensión de los remates hipotecarios hasta tanto el Congreso apruebe una ley que solucione el problema de los deudores morosos. Sin embargo, el Gobierno aún no pudo encontrarles una respuesta adecuada a quienes mantienen deudas atrasadas con las escribanías. Alberto Fernández, jefe de Gabinete, prometió que el proyecto será enviado al Parlamento la próxima semana.
De los 13.000 inscriptos en el registro de deudores morosos, la cuarta parte tiene la deuda con particulares o escribanías. Como la redacción del proyecto de ley viene demorada, a Fernández no le quedó otra alternativa que pedirles “comprensión” a los acreedores no bancarios para que se sumen a la tregua aceptada por los bancos. “La situación es muy difícil porque ellos no tienen una representación institucional. No tenemos forma de comunicarnos, y hay múltiples juicios” en marcha, admitió el funcionario durante una conferencia de prensa. El acuerdo de Fernández con los bancos fue sellado con representantes de las tres cámaras que agrupan a las entidades financieras: Adeba (nacionales), Abappra (públicos y cooperativos) y ABA (extranjeros).
Sobre el borrador de proyecto, el jefe de Gabinete comentó que se creará un fondo fiduciario a cargo del Estado, que deberá pagarles a los acreedores. A su vez, el Estado refinanciará a más largo plazo y con un período de gracia las deudas de los morosos. Fernández no quiso responder detalles sobre el financiamiento del fondo estatal. Según el proyecto que Economía giró a la Rosada, el Estado saldría en socorro de quienes mantengan deudas inferiores a los 80.000 pesos, por la compra, construcción o refacción de una vivienda única y familiar que tenga una superficie inferior a los 100 metros cuadrados. Se podrán anotar aquellos que dejaron de pagar entre el 1º de enero de 2001 y el 2 de setiembre último. De acuerdo con el registro elaborado por el Banco Nación, existen 13.000 deudores en condición de que les rematen la vivienda, con un pasivo total de 550 millones de pesos. Anteayer, Néstor Kirchner recibió en la Casa Rosada a Rosa Morales, representante de los deudores en mora no bancarios, quien le expresó su rechazo al proyecto en danza.