EL PAíS
Belloni, un gatillo fácil que no la lleva de arriba
El policía federal fue acusado por los asesinatos de Almirón, Riva y Lamagna.
Por Adriana Meyer
Las muertes de Carlos “Petete” Almirón, Gastón Riva y Diego Lamagna ya tienen un responsable identificado. La jueza María Servini de Cubría procesó con prisión preventiva al oficial Víctor Manuel Belloni, de la comisaría 4ª, que el 20 de diciembre de 2001 apuntó con su Itaka y disparó sobre la multitud que repudiaba en el microcentro al gobierno de Fernando de la Rúa. La magistrada consideró que cometió el delito de homicidio simple en tres hechos y abuso de armas en dos, y ordenó que el policía permanezca detenido en la división Delitos Complejos de la Policía Federal. Belloni fue reconocido a partir de un video de Canal 13 y por el testigo Iván Clemenco, quien además aportó fotografías como prueba. “¡No vas a dormir tranquilo, te lo prometo por Gastón y mis hijos!”, le gritó a Belloni la viuda de Riva, María Arena, cuando declaró en Tribunales.
El día en que la ira popular contra el agonizante gobierno delarruista fue sofocada con gases, caballos, balas de goma y de plomo, murieron seis personas en Buenos Aires. La Justicia penal federal porteña investiga cinco de esas muertes, y encontró elementos para detener y procesar a los autores del homicidio de Alberto Márquez y de Gustavo Benedetto. De hecho, una parte del expediente ya podría ser elevada a juicio oral. Hay cinco policías presos, además del teniente coronel retirado Jorge Varando, ex jefe de seguridad del Banco de Hong Kong y Shanghai frente al cual fue baleado Benedetto. Belloni pasó a ser el séptimo preso de la causa.
En principio la investigación de los fiscales Luis Comparatore y Patricio Evers no pudo establecer quiénes fueron los responsables de la muerte del motociclista Riva, del ciclista Lamagna y de Almirón, militante barrial y de la Correpi. Un camarógrafo de Canal 13 que declaró en la causa, a instancias del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), aseguró que podía aportar el “crudo” –la grabación completa sin editar– que filmó en esa turbulenta tarde. Página/12 tuvo acceso a los 20 minutos de filmación y anticipó su contenido. En la cinta pueden verse personas asomadas a los balcones, fotógrafos aficionados y otros potenciales testigos. Incluso puede verse a un herido que nunca se presentó en la causa. Los familiares de los caídos imploraron reiteradamente a quienes hubieran visto algo para que se presenten ante la Justicia para aportar algún elemento. María Arena y el CELS dieron con el fotógrafo Clemenco, tras una ardua pesquisa, quien presenció el momento en que Belloni dispara y registró esos momentos con su cámara. Los fiscales rastrearon números de patentes e interrogaron nuevamente a varios testigos tras exhibirles el video.
El grupo de Infantería que se ve en las secuencias es el A5, que reprimió en la virtual batalla de las 16 en 9 de Julio y Avenida de Mayo, en apoyo del personal de varias comisarías. Las imágenes evidencian la forma caótica en que actuaron los uniformados. El avance de los manifestantes haciendo retroceder a piedrazos a los policías sobre Avenida de Mayo antecede el ataque en el que mueren Riva, Almirón y Lamagna. Belloni, en mangas de camisa y chaleco antibalas, se para en medio de la avenida. Dialoga con otro que se le acerca. Estudia unos minutos la situación. Apunta, carga y aprieta el gatillo de la escopeta. La imagen pasada cuadro por cuadro permite ver el color de la vaina. Las secuencias siguientes muestran cómo llevan a Lamagna, ya sin vida, hasta la plazoleta de Bernardo de Irigoyen y 9 de Julio. Uno de los manifestantes practica primeros auxilios sobre el pecho de Riva, que morirá en el hospital. Las ambulancias cargan los cuerpos. Algunos manifestantes enardecidos exponen ante la cámara las vainas de los cartuchos de plomo.
Belloni adujo en su defensa que no disparó plomo sino balas de goma, y que no estuvo en el momento en que cayeron los muertos. Si bien la Policía Federal confirmó que utiliza algunos pocos cartuchos de goma de color rojo, Servini de Cubría evaluó que el policía dispara en forma directa, setoma su tiempo, busca un blanco y no apunta a los pies. Por lo tanto lo procesó como “autor paralelo”, porque no está probado que esos disparos hayan fehacientemente impactado en los cuerpos de Almirón, Riva y Lamagna, pero quedó evidenciado que tras la descarga de Belloni caen varios manifestantes en forma inmediata.