EL PAíS
Zaffaroni presentó su descargo y el lunes va a la audiencia pública
El candidato a ocupar la silla vacante en la Corte Suprema respondió por escrito a las impugnaciones. El próximo paso será en el Senado, donde responderá preguntas de más de 200 personas.
Por Irina Hauser
La sociedad tuvo oportunidad de cuestionarlo. Eugenio Raúl Zaffaroni ayer dio su respuesta por escrito y el lunes estará sentado frente a más de 200 personas en una audiencia pública que puede despejarle el camino hacia un cargo en la Corte Suprema. El penalista refutó en diez puntos el contenido de las 40 impugnaciones que fueron presentadas ante la Comisión de Acuerdos del Senado: descalificó los reparos a sus ideas y posturas jurídicas, defendió su historia y actuación como juez desde 1975 así como su libro sobre el Código de Justicia Militar, aclaró su situación patrimonial e impositiva y explicó su relación con el presidente Néstor Kirchner. “No sólo he recibido objeciones ideológicas y teóricas, sino un collar de injurias y calumnias de toda índole”, lamentó en su escrito. Y reivindicó “la tolerancia” como parte “de los principios democráticos”.
Zaffaroni recibió el lunes último el papelerío donde figuran los “peros” hacia su candidatura para la Corte y ayer vencía el plazo de tres días establecido para que presentara su respuesta. El pliego sería aprobado el miércoles 15 por el Senado, según anunció el presidente de Acuerdos, el senador Jorge Busti (PJ). Antes de esa instancia, el penalista pasará por una audiencia donde se le harán preguntas que propusieron sus impugnadores. En la tribuna “zaffaronista” estarán juristas como Andrés D’Alessio, Esteban Righi, León Arslanian y Ricardo Gil Lavedra, junto con organismos de derechos humanos.
En 20 páginas el penalista adelantó ayer sus razones:
- Perfil. “Que los presentantes no compartan mis ideas no es un motivo descalificante”, sostuvo. “Si mis ideas fuesen tan descabelladas, enfrentadas a la Constitución o al derecho internacional de los derechos humanos, llama la atención que las objeciones no provengan de los propios profesores catedráticos de mi materia de las otras universidades”, agregó. Recuerda que lo apoyan la Asociación Argentina de Profesores de Derecho Penal, del rector de la UBA, del Consejo de Rectores, instituciones académicas extranjeras y cuenta con títulos de doctor honoris causa.
- Historia como juez. A los planteos que dicen que fue promovido como juez por José López Rega, contesta: “La falsedad es clara porque fui nombrado en 1975 y López Rega es público y notorio que estaba fuera del poder y del país. Ignoran que fuimos los jueces federales de ese momento quienes pedimos la captura internacional de ese personaje”.
- Derecho Penal Militar. Es un libro suyo criticado que, explica, contiene un análisis “científico y técnico” del Código de Justicia Militar, que nadie había analizado y que “presenta graves cuestiones extremas, tiene previstas penas gravísimas, se hicieron perversas interpretaciones y aplicaciones de sus normas y se pretendió aplicarlo a no militares”. “Es falso que la obra haya sido utilizada como doctrina durante la dictadura” y “el mensaje del libro es que no se podía invocar el propio derecho penal militar en forma aberrante”, dice.
- Hábeas corpus. Como juez durante la dictadura, Zaffaroni dice que al tramitar los hábeas corpus se encontraba “sistemáticamente con respuestas negativas dado que las fuerzas armadas y de seguridad no reconocían el secuestro de la persona”. “Lo único que pudimos hacer unos pocos jueces fue inventar la apertura de prueba de los hábeas corpus”, con lo que “se documentaron circunstancias utilizadas” luego en el Juicio a las Juntas. Quienes le imputan el rechazo de esos recursos, señala, “son personas a quienes nunca hallé empeñadas en la lucha por los derechos humanos” y por el contrario, los organismos especializados lo apoyan.
- Patrimonio e impuestos. Cita un informe reciente de la AFIP en el que consta que no tiene deuda “líquida o exigible”. Su deuda previsional dice que corresponde a intereses “usurarios”. “Me reservo el derecho de acudir a la Justicia”. Su nueva casona de la calle Boyacá, detalla, la pagó con dinero que fue “trayendo del extranjero, declarado en mis presentaciones,de la herencia de mi madre y el resto lo obtuve en préstamo”. Las deudas las cancela con “cobros de este año y venta de inmuebles”.
Párrafos aparte defendió su gestión en el Instituto Nacional de Lucha contra la Discriminación (Inadi). A Kirchner, dice, lo vio pocas veces y no participó en su campaña durante la cual estuvo en el extranjero. “No actúo activamente en política –aclara– ni milito desde el año 2000.”