La distribución de la riqueza se mantuvo prácticamente sin cambios en el tercer trimestre de 2013 con respecto al mismo período del año anterior, según lo informó ayer el Indec. El coeficiente de Gini, que mide el grado de inequidad del reparto de los ingresos, siendo uno el valor más desigual y cero el de equidad absoluta, pasó de 0,380 a 0,381 para la medición de la población ocupada en 31 aglomerados urbanos del país. No obstante, en lo que va del año se observó un leve retroceso al trepar de 0,367 en el primer trimestre a 0,377 en el segundo y a 0,380 en el tercero. El informe del organismo oficial precisó además que de los 10,7 millones de ocupados, el 10 por ciento con menores recursos trabajó 22 horas semanales para alcanzar un ingreso promedio de 946 pesos mensuales, al tiempo que el 10 por ciento de mayores recursos trabajó 44 horas y declaró 16.368 pesos en promedio. También se indicó que el ingreso medio de la población ocupada ascendió a 6065 pesos, 27,7 por ciento más que en el mismo período de 2013.

En lo que respecta al coeficiente Gini, es necesario precisar que el estancamiento interanual y el retroceso experimentado en el tercer trimestre con respecto a comienzos de año se producen luego de una fuerte mejora del indicador. Desde 1975 hasta 2002, la equidad distributiva empeoró de manera notable al pasar de 0,35 a 0,50, independientemente de lo ocurrido con el crecimiento de la economía. De hecho, de 1975 a 1992 hubo estancamiento; de 1993 a 1998, crecimiento; y de 1999 a 2002, recesión. El período de crecimiento que se inició en 2003, acompañado por una serie de políticas de inclusión social, logró modificar la tendencia, llevando el Gini de 0,50 en 2002 a 0,364 en el cuarto trimestre de 2012. Desde entonces, la situación económica viene siendo difícil, pero con distintas políticas orientadas a los que menos tienen, como la Asignación Universal por Hijo y el plan Progresar, la desigualdad se mantuvo relativamente estable, más allá de variaciones puntuales como las ocurridas este año, fundamentalmente debido al impacto que provocó la devaluación del peso ocurrida en el primer trimestre.

Al analizar la distribución del ingreso de los ocupados por deciles se puede ver que la diferencia entre el 10 por ciento más pobre –que obtuvo un ingreso promedio de 946 pesos– y el 10 por ciento más rico –que ganó 16.368 pesos– es de 17,30 veces. La diferencia a fines de 2013 era de 18,05 veces. A su vez, según los datos del Indec, el 50 por ciento de la población ocupada no supera los cinco mil pesos por mes y el 90 por ciento cobra hasta 12 mil pesos, mientras que el 10 por ciento más acaudalado gana entre 12 mil y 140 mil pesos mensuales.

En lo que refiere al ingreso total familiar de los hogares, el 10 por ciento más pobre promedia 2208 pesos y el 10 por ciento más rico 32.397 pesos. En el 50 por ciento de los hogares, los ingresos no superan los 9 mil pesos mensuales, en el 90 por ciento tienen hasta un techo de 22.200 pesos, mientras que el 10 por ciento de hogares más ricos declaran hasta 146 mil pesos.

En cuanto a los ingresos familiares per cápita, éstos ascendieron en promedio a 4462 pesos. En este caso, el índice de Gini anotó un aumento de 0,429 a 0,434 entre el tercer trimestre de 2014 y el mismo período del año pasado. La media de ingresos en esta categoría ascendió a 2583 pesos, cuando era de 2125 pesos en el tercer trimestre de 2013. El 10 por ciento de los hogares más pobres computó entradas por persona de 600 pesos, mientras que en el otro extremo de los hogares los ingresos ascendieron a 9475 pesos. El resultado fue una brecha de 15,8 veces entre los que más y menos ganaron. A su vez, en el 90 por ciento de las familias el ingreso per cápita no superó los 7141 pesos, cuando en el segmento del 10 por ciento de las familias más acaudaladas se registraron entradas de hasta 100 mil pesos.