La cotización del dólar en Brasil sigue escalando. Ayer superó la barrera de los tres reales, presionado por la incertidumbre sobre el impacto de un ajuste fiscal que trata de implementar el gobierno de Dilma Rou-sseff y en el marco de intervenciones del Banco Central en el mercado cambiario para detener la fuga de capitales. Ello se vio reflejado en la cotización de la divisa, que alcanzó los 3,01 reales, un nivel que no alcanzaba desde agosto de 2004. La perspectiva del alza de tasas de interés en Estados Unidos también elevó la cotización del dólar a nivel global, mientras que el Comité de Política Monetaria del Banco Central de Brasil dispuso elevar la tasa de interés rectora a sus máximos en seis años, con el objetivo de controlar la inflación pero con alto riesgo de alimentar la recesión.

Las expectativas de una política fiscal más contractiva eran el único factor que amortiguaba la presión bajista sobre el real, desde el punto de vista de los inversores especulativos. Sin embargo, todo apunta a un escenario recesivo con una inflación que superaría el 7 por ciento, por encima de la metas brasileñas. Para frenar la suba de precios, el Central brasileño elevó en 50 puntos básicos, por tercera vez consecutiva, la tasa de interés. Brasil es una de las pocas grandes economías que subió sus tasas de interés, mientras que China e India, sus pares del grupo de países Brics, están aplicando una política monetaria más expansiva.