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Las ventas de supermercados a precios constantes cayeron un 0,3 por ciento en septiembre contra el mes anterior, mientras que, también considerando volúmenes físicos, las ventas de los centros de compras se contrajeron el 5,1 por ciento, informó el Indec. En ambos casos las caídas son más abruptas a precios corrientes (-10,3 en súper y -16,5 en shoppings), lo que indica que las bajas de precios no alcanzaron para revertir la retracción del consumo. No obstante, si se concentra el análisis en los productos de consumo masivo, y se consideran las ventas, no sólo en las grandes bocas minoristas sino también en almacenes y autoservicios, el bimestre agosto-septiembre muestra una marcada recuperación de la demanda. La explicación se encuentra en parte en una retracción de la participación de los supermercados en las ventas totales. La razón es que son las grandes bocas las que, desde la crisis, más aumentaron los precios.
Los 1270 millones de pesos que los supermercados facturaron en septiembre fueron cerca de 150 millones menos que las ventas de agosto. Sin embargo, el número todavía alcanza para situarse un 10,7 por ciento arriba de septiembre del 2002. En los shoppings, la relación fue similar, los 166 millones vendidos son 33 millones menos que los del mes anterior, pero lo suficiente como para mantenerse un 42,6 por ciento arriba en la comparación interanual.
Pero si bien es cierto que el ingreso relativamente congelado de la población asalariada está mostrando un techo en la respuesta a las promociones y a la tenue recuperación del crédito ensayada por los supermercados, también se verificó que la demanda de productos de consumo masivo –alimentos, bebidas, limpieza y tocador– continúa en aumento. Este último dato responde a un relevamiento realizado por la consultora de mercado ACNielsen sobre el total de bocas: además de supermercados, principalmente autoservicios y almacenes de todo el país. No obstante, la consultora relativizó el crecimiento de los números. El argumento fue que, si bien el consumo se recupera con respecto a los períodos anteriores y al 2002, todavía se encuentra por debajo de los valores del 2001.
Si bien los datos de la recuperación se encuentran en línea con la tendencia esperada en el contexto de la lenta recuperación productiva, de la investigación de AC-Nielsen surge un dato interesante sobre el nuevo reparto de los consumidores entre las distintas bocas de expendio. Sucede que, si se comparan los precios del bimestre agosto-septiembre del 2003 con igual período del 2001, se encuentra que los supermercados aumentaron los precios de los productos de consumo masivo el 72 por ciento, mientras que los almacenes lo hicieron el 54 por ciento. Como podría preverse, esto se tradujo en un trasvasamiento de la demanda. Los supermercados, que llegaron a cubrir el 48 por ciento de las ventas de consumo masivo, hoy están en el 40 por ciento. El grueso de la diferencia fue absorbida por los almacenes, quienes pasaron del 30 al 36 por ciento de participación, mientras que los autoservicios (de 1 a 3 cajas) representan el 24 por ciento restante. A esto se agrega que, si bien los supermercados se recuperan lentamente, todavía “no lograron aumentar el consumo respecto de iguales períodos del año anterior, en cambio los almacenes ya lograron su cuarto bimestre consecutivo de crecimiento” y los autoservicios ya están en el tercer bimestre de expansión.
Volviendo a las cifras de ventas difundidas por el Indec, la coordinadora del relevamiento, Mabel de Rissio, adjudicó la baja a que “pudo haberse agotado el proceso de mejora de ventas mediante facilidades”. Según el organismo, la recuperación en las ventas de los supermercados de los últimos seis meses estuvo sustentada en la fuerte política de promociones, pero al parecer los altos precios con que aprovecharon la devaluación persisten en la memoria de los consumidores.
En cuanto a los shoppings, el nivel de ventas se ubicó en los niveles que había alcanzado en marzo y abril, desde donde había comenzado un crecimiento de cuatro meses consecutivos para, ahora, volver a decaer.