El equipo económico esperará hasta que el juez estadounidense Thomas Griesa extienda a los acreedores denominados me too (“yo también”, en inglés) los mismos términos de la sentencia otorgada a los buitres para apelar. El viernes pasado el magistrado dio el primer paso: declaró, como solicitaban esos litigantes, que Argentina violó la cláusula pari passu (tratamiento igualitario). Se trata de 5400 millones de dólares en bonos presentados en 37 demandas colectivas de 526 fondos e individuos. La aclaración realizada por el tribunal no tiene ningún efecto práctico. Para eso, los acreedores deberían solicitar al juez una orden similar a la obtenida por los buitres NML, Dart y Aurelius. Los abogados que representan a la Argentina y el Ministerio de Economía están analizando los próximos pasos procesales pero, según indicaron a Página/12, recién se apelará cuando Griesa otorgue la sentencia para pagarles a prorrata a los me too. La resolución de esa ramificación del berenjenal no quedará firme hasta finales de 2015.

Un año atrás la Corte Suprema de Estados Unidos convalidó una polémica interpretación de la cláusula pari passu de los bonos emitidos por Argentina. La sentencia original de Griesa ordenó al país pagarles a un grupo reducido de buitres el ciento por ciento más intereses de los pasivos reclamados y bloqueó el mecanismo de pago para los deuda reestructurada. Desde entonces el ministro de Economía, Axel Kicillof, reclamó la apertura de una mesa de negociación con la totalidad de los buitres y holdouts que no participaron del canje para encontrar una solución en condiciones “justas, equitativas, legales y sustentables”.

En cambio, la convocatoria del juez a los me too busca habilitarlos a realizar un reclamo similar a los buitres. La mayoría de esos litigantes no son nuevos sino que muchos son los mismos fondos buitre que obtuvieron otras sentencias y ahora buscan ampliar su poder de fuego y sumarse a la exagerada rentabilidad ofrecida por Griesa. Pero incluso si ese grupo consigue su objetivo, el universo de acreedores con tratamiento privilegiado no alcanzará a la totalidad de los tenedores de bonos que rechazaron participar del canje como reclama Argentina. Las operaciones realizadas en 2005 y 2010 lograron una adhesión del 92,4 por ciento mientras que el 7,6 por ciento restante optó por la vía judicial. Desde el equipo económico advierten que “si sumamos a los buitres los me too que serían potencialmente beneficiados por Griesa solo se reúnen 4 de cada 10 bonos argentinos no ingresados al canje”.

En el equipo económico estiman que reconocerles a todos los acreedores de Argentina que no ingresaron al canje la misma fórmula de pago que obtuvieron los buitres implicaría desembolsar alrededor de 17 mil millones de dólares, una cifra muy relevante frente a los 33 mil millones de dólares de reservas del Banco Central. Por eso insisten con que es necesario abrir una mesa de negociación real con todos los acreedores.

“Fue una trampa muy bien armada en la que cayeron como chorlitos la mayoría de los economistas de la oposición, de los liberales, diciendo que hay que ir a conseguir un descuentito y pagar”, sostuvo el titular del Palacio de Hacienda. “Se está cumpliendo paso a paso lo que dijimos que iba a suceder. No eran solamente Paul Singer de NML y sus 1600 millones de dólares. Sino que era en buena medida de nuevo Paul Singer, pero muchísima plata más que le reclamaban a Argentina”, explicó Kicillof el fin de semana.