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El Coeficiente de Variación Salarial (CVS), con el que se ajustan los créditos hipotecarios para vivienda única, prendarios y personales de menor monto, registró una suba del 2,42 por ciento el mes pasado. Así, desde su aplicación, a partir de octubre del año pasado, el CVS aumentó un 9,79 por ciento. Y todavía tiene un trecho por recorrer hasta abril próximo, cuando será eliminado.
El Senado aprobó en la noche del miércoles la ley que dispone el pago de 2800 millones de pesos en bonos a los bancos, en compensación de la llamada “indexación asimétrica”. Es decir, la diferencia entre los depósitos indexados por el CER (índice de precios) y algunos créditos ajustados por el CVS. La ley establece también la eliminación del CVS, pero recién a partir de abril del 2004, como quería Roberto Lavagna. Así, hasta entonces, el índice crecería alrededor de un 10 o 12 por ciento adicional, como consecuencia de la incorporación gradual, desde julio pasado hasta marzo, de los 200 pesos a los salarios con carácter remunerativo.
Así, antes de ser eliminado, el CVS habrá incrementado el capital de los préstamos actualizados por este índice (hipotecarios para vivienda única de menos de 250 mil pesos; prendarios de menos de 30 mil y personales inferiores a 12 mil) en alrededor del 20 por ciento. Semejante ajuste dejaría en una situación delicada a unos 600 mil deudores que, a menos que renegocien mayores plazo de pago con los bancos, inexorablemente verán aumentadas las cuotas de sus créditos.
A la salida de la convertibilidad se dispuso que los créditos pesificados se ajustarían según el Coeficiente de Estabilidad de Referencia (CER), que se actualiza con el índice de precios al consumidor. Pero cuando la inflación alcanzó un pico de 10 por ciento en abril del año pasado, el Gobierno consideró apropiado cambiar de fórmulas e indexar los créditos de menor monto por el CVS, que toma como base la variación de los salarios. Paradójicamente, hoy el que crece muy por encima de la inflación es el CVS aunque, para tranquilidad de los deudores, la pesadilla tiene fecha de expiración.