ECONOMíA
Tomada no fue bien recibido en IDEA por nostálgicos de la flexibilización
El ministro les volvió a pegar en IDEA a los economistas neoliberales, a los que exigió silencio. Pero, a diferencia de Rosario, esta vez hubo reacciones y expresiones de disgusto entre los empresarios.
Por Cledis Candelaresi
Desde Mar del Plata
@No cualquier funcionario es bienvenido a este coloquio patronal. Los empresarios prodigaron elogios y aplausos genuinos a Felipe Solá, invitado de la cena del miércoles; a Martín Redrado, quien el jueves sorprendió con los detalles de la negociación comercial con Estados Unidos, y al propio Lavagna, a quien reconocen como un “buen interlocutor”. Pero una reacción muy distinta provocó Carlos Tomada, víctima de un desaire inusual e imperdonable para quienes, se supone, deberían ser buenos anfitriones.
Fue el jueves por la noche, cuando el titular de la cartera laboral intentaba desmenuzar las grandes líneas de la política oficial en materia de empleo. La atención al expositor no fue mucha desde el comienzo, pero se perdió completamente cuando Tomada repitió en Mar del Plata el mismo cuestionamiento que había hecho horas antes en Rosario a los economistas liberales Jorge Avila, Daniel Artana y Miguel Angel Broda, por seguir sugiriendo las mismas “fracasadas” recetas para reorganizar el mercado laboral. “Los responsables de la hiperinflación (refiriéndose a la de 1989) no pudieron hablar por diez años, pero en cuanto ellos tienen un micrófono se dan el gusto de ironizar como si no fueran responsables de nada”, embistió el ministro.
El golpe contra economistas que habitualmente son panelistas destacados de estos encuentros y a quienes el establishment escucha casi con devoción resultó una afrenta imperdonable. Tras el comentario de Tomada, comenzó en el amplio salón del Sheraton un murmullo generalizado y creciente que se superpuso a la voz del ministro, impidiendo escucharla. Justo cuando éste intentaba detallar el programa oficial para incorporar al mercado formal los beneficiarios de planes de Jefas y Jefes de Hogar, para erradicar el trabajo infantil y combatir el empleo en negro.
“Yo sé que éste no es un tema muy divertido para un coloquio de IDEA. Y que ustedes escuchaban con más atención a otros ministros que anunciaban planes de reforma laboral. Lo lamento, yo no tengo nada de eso para anunciarles”, se quejó Tomada en el momento de mayor tensión. Sólo después de este reclamo consiguió a duras penas terminar su exposición sobre cuestiones sociales, esas que son prioritarias sólo en el discurso formal de los hombres de empresa.
“No fue bueno que personalizara. Pero el problema es que en un tema demasiado técnico”, fue la excusa que ensayó ante este diario Fernando Ponasso, titular de Edenor, al término de la comida. “Lo que pasa es que no es un tema que resulte de interés tan directo como los que puede tratar un ministro de Economía”, fue la fórmula elegida, en tanto, por Oscar Vicente, actual director de Petrobras y uno de los responsables del coloquio. Fue Jorge Aguado, hombre de confianza de Francisco Macri, quien, casi sin querer, asumió una elíptica defensa de Tomada. “Lo que pasa es que muchos deberían hacer un acto de contrición y no lo hacen”, comentó a Página/12.
Tomada reiteró ayer en Mar del Plata que “todavía no hay una decisión adoptada” sobre la doble indemnización por despido. La insistencia de los periodistas en preguntarle por ese tema ya había conseguido sacarlo de las casillas el día anterior, en Rosario. El ministro se había referido al tema en una alocución a la que prácticamente no había concurrido ningún periodista, porque en paralelo el empresario Paolo Rocca estaba brindando una conferencia de prensa. Durante el almuerzo posterior, uno a uno, los periodistas se le acercaron para preguntarle sobre su alocución y, puntualmente, sobre la doble indemnización. Al cuarto o quinto periodista que lo “visitó”, el ministro estalló. “No me rompan más las b... con la doble indemnización”, bramó, con ampulosos gestos que acompañaron sus palabras. Ya nadie volvió a preguntarle.