Adrián Kaufmann Brea, gerente de Relaciones Institucionales de Arcor, asumió ayer al frente de la Unión Industrial Argentina (UIA), principal entidad patronal del país. Sucede en el cargo al dirigente del sector del plástico Héctor Méndez, en una transición que no estuvo exenta de rispidicedes. En su discurso inaugural, Kaufmann plantó la agenda que se viene para la UIA: revisar la estructura impositiva, mejora de la infraestructura para reducir costos logísticos, autoabastecimiento de energía, promoción de exportaciones, administración inteligente del comercio, atender problemas de las economías regionales, mejorar el acceso al financiamiento y potenciar los lazos comerciales regionales.

Más de 115 mil establecimientos industriales, que explican el 22,6 por ciento del PIB, un 19,9 por ciento del empleo, 23,8 de los salarios formales, 27 por ciento de la recaudación tributaria y más de un 70 por ciento de las exportaciones. Ese es el peso económico de la UIA. Aunque más difícil de estimar, en términos políticos su relevancia siempre ha sido también muy importante. La novedad de la flamante conducción es que Arcor junto a Techint, dos de las empresas más grandes del país, tendrán protagonismo en el manejo de la UIA, a diferencia de las anteriores gestiones de Héctor Méndez, José Ignacio De Mendiguren y Juan Carlos Lascurain, vinculados a sectores con menor grado de concentración.

“Para nuestra entidad, el único diálogo posible se enmarca sobre la base de reconocer tanto los logros de los años de expansión industrial como también no negar los problemas de una industria que hace cuatro años que no crece ni genera empleo. De ahí la necesidad de promover las condiciones para un diálogo que nos permita trabajar en todos los temas de la agenda del sector productivo”, señaló Kaufmann Brea durante su discurso.

A continuación, enumeró los temas que dominarán la agenda de la entidad. “Revisar la estructura impositiva para orientarla hacia la producción”, fue el primero. En este punto, los industriales pretenden que el próximo gobierno elimine las retenciones a la exportación de productos industriales y acelere los tiempos para la devolución del IVA y de los reintegros. El dirigente también resaltó la necesidad de “mejorar sustancialmente la infraestructura para que se aseguren una baja de costos logísticos y promover el abastecimiento de energía con suficiencia y a costos competitivos”. Otro punto fue “profundizar el federalismo, atendiendo a las problemáticas de cada economía regional que hoy están pasando un momento particularmente complejo”, que también implicaría eliminar las retenciones existentes en la actualidad para esos productos.

La UIA también pidió “apuntalar la exportación de valor agregado a través de políticas que la sustenten en el tiempo”, “promover el mercado interno y administrar de manera inteligente y previsible el comercio”, “promover el acceso al financiamiento a tasas competitivas” y “potenciar al Mercosur y América latina como plataforma para la inserción global”.

De manera más solapada, los industriales manifiestan su voluntad de evitar que el salario gane poder de compra en dólares y peso en la distribución del ingreso entre capital y trabajo. Ubican a 2011 como el punto límite. No casualmente, desde allí en la economía argentina sobró inflación y faltó crecimiento. La inflación es la manifestación de la puja distributiva y la falta de crecimiento, su resultado, porque los salarios no crecieron en términos reales, aunque tampoco se deterioraron. Otro punto de la agenda empresarial es la derogación de la Ley de Relaciones de Consumo y Producción, que reemplazó a la Ley de Abastecimiento.

La cúpula de la UIA quedó también integrada por Daniel Funes de Rioja, también representante del sector alimenticio, y Luis Betnaza, de Techint. En la vicepresidencia tercera quedó Guillermo Moretti, mientras que el secretario de la entidad pasó a ser Juan Carlos Sacco, del sector gráfico.