Miércoles, 23 de septiembre de 2015 | Hoy
EL PAíS › ARROYO SALGADO SE NEGó A ENVIARLE A FEIN UNA COPIA DE LA CAUSA STEFANINI
La fiscal le había solicitado a la ex esposa de Nisman el expediente sobre el financista desaparecido, para investigar su relación con el fallecido titular de la UFI AMIA. Arroyo Salgado se opuso y sólo la autorizó a ver la documentación en la fiscalía de San Isidro.
Por Irina Hauser
Sandra Arroyo Salgado no parece dispuesta a hacerle nada fácil a la fiscal Viviana Fein. En su función de jueza federal, le mandó un oficio donde se niega a enviarle la causa en la que investiga la desaparición del financista Damián Stefanini, aunque le dice que si quiere la puede ir a ver y fotocopiar a la fiscalía de Fernando Domínguez, quien instruye el caso. El expediente sobre Stefanini, un hombre del que nada se sabe desde el 17 de octubre del año pasado, despertó el interés de Fein a partir de que Página/12 reveló que había sido depositante de 150 mil dólares en la cuenta no declarada de Alberto Nisman en el Banco Merrill Lynch, de Nueva York. Todavía no se esclareció en qué consistía la relación entre ambos, pero –en este expediente que, paradójicamente, supervisa la ex esposa del fiscal fallecido– podría haber entrecruzamientos telefónicos y otras pruebas que den una pista sobre el caso Nisman.
Después del pedido de Fein para tener copia de la causa sobre Stefanini, la jueza Arroyo Salgado citó a la familia del empresario a una audiencia, les explicó el asunto y les pidió opinión con el argumento de que son familiares de una víctima. Fueron la esposa, Antonella Ognio, y su papá, Héctor Ognio, un empresario correntino. Ellos inicialmente se opusieron a lo que pedía la fiscalía que investiga la muerte de Nisman, pero al final lo dejaron librado al criterio de Arroyo Salgado. Una de las razones que esgrimían al resistir era cierta desconfianza porque el abogado del técnico informático Diego Lagomarsino, Maximiliano Rusconi, había representado a Hugo Schwartz (aunque renunció), la última persona que habría estado con Stefanini en un astillero, donde tenía tres yates en construcción como parte de una inversión participada, impulsor de un proyecto inmobiliario en el Delta, Colony Park, con problemas judiciales. Rusconi fue quien le sugirió a Fein que mirara ese caso y ella coincidió.
El fiscal Domínguez le dijo a la jueza que las copias de la causa debieron haber sido requeridas a él, que es quien la tiene a cargo por tratarse de un posible secuestro. De todos modos, le transmitió que para no trabar la investigación y por razones institucionales y de transparencia debía darle a la fiscalía del caso Nisman acceso “irrestricto” a las pruebas recolectadas. La jueza sacó una resolución con algunos de esos conceptos y con una consulta a la mujer de Stefanini para ponerle custodia. Aunque sigue siendo llamativo que Arroyo Salgado tenga a cargo este tema, porque puede incluir revelaciones sobre su ex esposo, nadie la ha objetado.
Fein recibió con pésimo ánimo la invitación a ir a la fiscalía de San Isidro a ver el expediente de Stefanini que, hasta ahora, tiene quince cuerpos y quince anexos. Uno de los ejes de análisis son las llamadas telefónicas para establecer con quién se comunicaba el financista. De la red de contactos, algunos estaban relacionados también con el círculo de Nisman, como Claudio Picón, el dueño del Audi que el fiscal de la UFI-AMIA manejaba, quien depositó en la cuenta de Estados Unidos 75 mil dólares; además, en la caja fuerte del departamento de Nisman apareció un cheque de 200 mil dólares de una cuenta de Picón.
La cuenta en Estados Unidos estaba a nombre de la madre de Nisman, Sara Garfunkel; su hermana, Sandra Nisman, y Lagomarsino, todos actualmente investigados e imputados por lavado de dinero por el fiscal Juan Pedro Zoni y el juez Rodolfo Canicoba Corral. El fiscal de AMIA figuraba como apoderado y cuando la abrió no reveló su condición de funcionario del Ministerio Público Fiscal. Tenía depósitos por unos 600 mil dólares.
Otro dato trascendente en el que reparó en estos días la fiscalía de Fein en la investigación es que en el teléfono celular de Nisman no se encontraron más que sus propias huellas dactilares. Esto podría dar por tierra con la teoría de que alguien manipuló el aparato después de su muerte. Si lo hubieran tocado con guantes, dicen algunos expertos, se hubieran borrado las huellas de Nisman.
Para estos días se esperan algunas declaraciones testimoniales. Una es la de un conocido de Lagomarsino que habló con él el mismo sábado 17 de enero que, según relató el técnico informático, le fue a llevar a Nisman la pistola Bersa calibre 22 a su departamento de Le Parc. También está citado el fiscal Carlos Stornelli, quien habló con Nisman poco después de que presentara la denuncia contra la Presidenta por supuesto encubrimiento de los iraníes sospechosos en el caso AMIA.
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