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Dirigentes de variados signos políticos rechazaron los aumentos generalizados de tarifas. El diputado Sergio Massa, del Frente Renovador, comparó la decisión del gobierno de Mauricio Macri con “entrar a un quirófano con una motosierra”. Héctor Recalde, del Frente para la Victoria, los equiparó con la “cirugía mayor sin anestesia” de los 90 y pronosticó que “en el segundo semestre no va a haber ni aumento ni rebaja de precios, directamente no va a haber más consumidores”. El senador Fernando Solanas señaló que el ajuste “recae sobre 14 millones de argentinos que se verán en la obligación de reducir todavía más sus gastos”; en tanto Claudio Lozano y Víctor De Gennaro calcularon que las medidas de los últimos meses implicaron “750 mil pobres más”. “Quienes crean que venimos de una fiesta y que habrá tolerancia social para seguir estrujando el bolsillo popular está mirando un canal equivocado. Las decisiones y las declaraciones del ministro Dietrich son propias de quien vive en un frasco y constituyen una amenaza a la estabilidad social de la Argentina”, advirtieron los dirigentes de Unidad Popular.

“Se está afectando el poder de compra de la gente, tenemos salarios viejos con precios nuevos”, señaló Massa en un comunicado. “Lo que hicieron con este aumento tarifario fue entrar a un quirófano con una motosierra”, dijo, y agregó que “lo sufre el bolsillo del trabajador, no es la forma y genera más inflación”. “Irrita al trabajador que haya tanta tensión para resolverle el Impuesto a las Ganancias y después a las mineras se les saquen las retenciones”, advirtió. Pidió “cuidar el trabajo y hay que mejorar los salarios” y controlar “a los empresarios que son formadores de precios, sino siempre termina pagando el laburante”.

Recalde manifestó su preocupación por los despidos masivos en el Estado y por el aumento de tarifas y advirtió que “si esto sigue así el porvenir va a ser pésimo”. Sobre el aumento del 100 por ciento de las tarifas de transporte público en el área metropolitana, dijo que “el único esfuerzo que hizo el ministro Dietrich fue firmar con una lapicera esta resolución” y “el otro esfuerzo lo hace la gente”. Agregó que el de Macri es “un gobierno para ricos” e intenta que vuelva “la flexibilización laboral de los 90, lo cual es quitarle derechos a los trabajadores”. El jefe del bloque kirchnerista propuso que el Gobierno otorgue un aumento “de emergencia” como en 2002, que se convoque al Consejo del Salario Mínimo, Vital y Móvil y que cesen los despidos.

Pino Solanas repudió que “mientras el ajuste cae sobre la clase media y los trabajadores, la fiesta sigue para las compañías petroleras y las mineras”. “Es un brutal ajuste que se une a los incesantes aumentos de precios y a las políticas de despidos que generó” el gobierno de Macri, sostuvo el senador, y reclamó “ir hacia una mayor equidad tributaria y no hacia una recaudación indiscriminada”.

Lozano y De Gennaro señalaron que “los aumentos anunciados agreden la estabilidad social empujando a más gente a la desocupación y la pobreza, sigue acelerando precios, profundizando la recesión y validando el comportamiento parasitario, especulativo y desinversor de grupos empresarios que hace tiempo debieran haber sido expulsados de la prestación de servicios públicos”. Los aumentos de transportes, gas, agua y combustibles “se suman a la devaluación, quita de retenciones, 100 mil despidos, aceleración de precios y tarifazo eléctrico, y revelan la más absoluta falta de consideración (probablemente ignorancia) sobre la situación social” de los argentinos. “El ingreso promedio de quienes trabajan no supera los 8000 pesos y el 50 por ciento está por debajo. La canasta familiar supera los 20 mil pesos en la región metropolitana y el 60 por ciento de los hogares tiene dificultades para llegar a fin de mes”, recordaron.