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Mes a mes, el mercado inmobiliario va recuperando la forma que perdió con el estallido de la convertibilidad. En noviembre, las ventas de propiedades fueron un 8,5 por ciento mayores a las de octubre, mientras que la diferencia se estiró al 29,7 por ciento en la comparación con igual mes de 2002. El aumento de la demanda llevó a que más propietarios se decidieran a poner sus inmuebles en venta, provocando el mes pasado una caída de precios. La reactivación alcanzó también a los nuevos emprendimientos. Para el Gobierno constituye un dato alentador, puesto que el sector de la construcción es uno de los mayores demandantes de mano de obra.
El índice de demanda de inmuebles (IDI), realizado por la consultora inmobiliaria CDI, se calcula en base a la recaudación del Impuesto a la Transferencia de Bienes Inmuebles que alcanzó en noviembre la cifra de 6,9 millones de pesos, lo que representó un aumento del 6,4 por ciento respecto del mes anterior. La mejora del 8,5 por ciento mencionada más arriba, según la consultora, refleja la medición en “términos constantes” debido a que el precio de los inmuebles –medido en pesos– tuvo un descenso del orden de 1,9 por ciento respecto de octubre.
A pesar de que el precio de los inmuebles se fue recuperando desde el fin de la convertibilidad, en noviembre último se observó un descenso en los valores del 2,6 por ciento en dólares y del 1,9 por ciento en pesos, en razón de la mayor oferta incorporada al mercado durante el período, tanto de viviendas usadas como nuevas. Durante noviembre el aporte más importante fue el brindado por el sector financiero, debido al relanzamiento de nuevas líneas de créditos hipotecarios por parte de algunos bancos privados, como el Río y el Hipotecario.
La reactivación del crédito es esencial para este mercado. Si empiezan a aparecer nuevas líneas, más inversiones se harán presentes en el sector. Muchos pequeños y medianos inversores están volcando recursos a la construcción, aprovechando la baja de precios en terrenos y propiedades tras la devaluación. Pero el ritmo se sostendrá si sigue respondiendo la demanda y resurge el financiamiento.