Lunes, 16 de mayo de 2016 | Hoy
ECONOMíA › ENCADENAMIENTOS PRODUCTIVOS AMENAZADOS POR LA IMPORTACIóN
El entramado productivo constituido principalmente por pymes y capitales nacionales empieza a sentir los efectos de la apertura importadora. La industria química de Córdoba es un alerta temprana de los riesgos para la producción y el empleo.
Por Raúl Dellatorre
Una industria química en Córdoba debió suspender la producción por la reapertura de las importaciones para productos que compiten con el suyo. La fábrica que fabrica el insumo básico para la producción de la primera también paró la planta tras la decisión de aquella, porque no tiene dónde colocar el que ya no le demanda la anterior. Ambas, a su vez, importantes industrias en su zona, trabajan con unas 50 a 60 pymes en forma permanente, tanto porque son proveedores de insumos o porque prestan servicios de logística y mantenimiento. También estas firmas están viendo peligrar su estabilidad. En una ciudad de menos de 50 mil habitantes, la ocurrencia de esta cadena de acontecimientos puede poner en crisis a todo un pueblo o región, e incluso terminar convirtiéndola en una ciudad fantasma, producto del éxodo y la depresión. Los primeros pasos de este proceso ya empezaron a suceder en algunos lugares del interior del país, a la sombra de la devaluación, reapertura de importaciones, encarecimiento del crédito y caída de la demanda interna, entre otras medidas que afectan en forma directa el mantenimiento del encadenamiento productivo y la preservación de las fuentes laborales.
Veamos un caso. La ciudad de Río Tercero, en la provincia de Córdoba, está ubicada unos cien kilómetros al sur de Córdoba Capital, en una zona agrícola ganadera productora fundamentalmente de maní y soja, que sin embargo logró desarrollar un polo químico y petroquímico que es referencia en algunos aspectos a nivel sudamericano. Atanor, Fábrica Militar, Petroquímica Río Tercero, Industrias Químicas Pamcor, Frío Industrias Argentinas (Fiasa), Buffon (fertilizantes), son algunas de las firmas localizadas allí. Como algunas de ellas son proveedoras de insumos químicos utilizados en forma intensiva en el proceso industrial de otra de ellas, se interconectan por tuberías subterráneas por las cuales se transfieren el producto de una de ellas directamente al proceso de producción de la planta vecina. Los procesos de producción, así, ganan en eficiencia por proximidad y complementariedad.
En torno a estas plantas, se ha desarrollado toda una serie de emprendimientos de firmas proveedoras de insumos o de servicios, habitualmente pymes, que han crecido al amparo de la consolidación de este polo industrial. Son más de medio centenar de empresas que prestan servicios de montaje y reparación en las plantas, firmas de transporte de productos o de personal, servicios de catering para el almuerzo de los trabajadores, proveedores de insumos industriales o de oficinas, etc. Además de lo que representa para el comercio local el movimiento de personal que significa la existencia del polo industrial.
En la última semana de abril, la empresa Petroquímica Río Tercero anunció que paralizaría por dos meses la producción de su planta principal, donde se elabora el disocianato de tolueno, TDI, materia prima básica para la fabricación del poliuretano (gomaespuma). Como consecuencia, anticipaba además que suspendería a 61 de los 80 empleados que trabajan en la producción de TDI por el período de cierre de la planta, durante el cual el personal afectado percibirá el 75 por ciento de su sueldo. Además, le informó a las empresas pyme locales que actúan como contratistas dentro de la planta, que de las 60 personas que trabajaban normalmente, sólo quedarán 30. Estas medidas se hicieron efectivas a partir de la primera semana de mayo. Según explicaron voceros de la empresa, la razón de la drástica resolución fue la autorización de importación de tolueno de origen chino, por un volumen de 3000 toneladas, que equivalen a tres meses de producción de la planta de Petroquímica R III.
Fábrica Militar, complejo estatal instalado en el mismo polo industrial, le provee a R III el ácido nítrico, componente básico en la producción de TDI. Ochenta de sus cien toneladas de producción diaria de nítrico es bombeado hacia la planta de TDI en tiempos de producción, pero ahora los pedidos para mayo y junio han sido suspendidos. Por el momento, la medida que tomó FM ha sido adelantar la parada anual de mantenimiento de la planta. Esto evitará daños mayores, pero no será gratuito. La parada resentirá la actividad de otros sectores de servicio externo que contrata FM cuando la planta está en funcionamiento.
Petroquímica Río Tercero y Fábrica Militar son los dos principales empleadores de la región (el tercero es Atanor). El impacto que provocó la importación era previsible, en tanto se conoce la agresiva política comercial que viene desarrollando la industria química de China, India y Corea del Sur para desplazar a la competencia en un mercado mundial que se ha reducido. Existen antecedentes cercanos, puesto que la oferta china ya había logrado quitarle el mercado brasileño a Petroquímica Río III recientemente, quitándole ahora, en consecuencia, la vía externa como alternativa de salida al producto. La planta de Río III es la única productora de TDI en Sudamérica, refirieron en la compañía. El año pasado, el TDI de origen chino había hecho una incursión importante en el mercado local, pero ante la demanda de la industria local fue interrumpida con medidas de restricción aplicadas desde la Secretaría de Comercio. Este año, tras la “apertura del cepo” se autorizó la importación, con las consecuencias que ahora se empiezan a ver.
Por otra parte, en términos de precios competitivos, la devaluación no ha resultado la política más eficaz para detener el ingreso de productos a precios de dumping (por debajo de su costo para ganar mercado), cuando además los costos internos de producción se han encarecido por los aumentos provocados por la propia devaluación. Fuentes de la industria informaron a Página/12 que, frente a un precio del TDI de Petroquímica R III de 5100 dólares la tonelada, el TDI importado está ingresando a un costo de 2200 dólares la tonelada.
El poliuretano que utiliza el TDI como materia prima se aplica no sólo en la fabricación de colchones de gomaespuma, sino que también tiene uso en la industria automotriz (relleno de asientos y del techo de las cabinas) y en mueblería, entre otros destinos. Pero prácticamente no hay rubro, entre los que constituyen el uso final del TDI, que no esté sufriendo el fuerte impacto de la caída en la demanda interna. De hecho, ya a principios de año Petroquímica Río III había ajustado sus planes de producción, bajando el plan de producción en el año a 11 mil toneladas, cuando la planta tiene una capacidad instalada de 23 mil toneladas.
El caso Río Tercero es un ejemplo de ruptura del encadenamiento productivo a través de la importación, que al dañar un eslabón intermedio termina afectando a todos los eslabones anteriores. Y a los eslabones de abajo, los usuarios del insumo sustituto importado, los hace dependientes, a futuro, del abastecimiento externo y de la disponibilidad de dólares del país. Es una alerta temprana sobre una política que empieza provocando daños puntuales en la matriz productiva pero no tarda mucho en hacer metástasis.
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