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La única vez en la historia que la economía argentina había caído tres años consecutivos fue entre 1930 y 1933. Ahora hay una segunda vez. El Ministerio de Economía informó ayer que el Producto Interno Bruto (PIB) retrocedió el año pasado un 4,5 por ciento, agravando la tendencia de los dos años anteriores. Desde el default ruso de setiembre de 1998, Argentina entró en una crisis de la que no ha podido escapar y que se agudiza a cada paso.
El último trimestre de 2001 finalizó con una contracción del 10,7 por ciento. El número había sido vaticinado por Cavallo hace exactamente un año, cuando asumió como ministro de Economía, sólo que en lugar de signo positivo, como él preveía, el trimestre terminó con signo negativo. De acuerdo con estimaciones preliminares del actual equipo económico, el primer trimestre de este año cerraría con una caída de entre 12 y 13 por ciento, mientras que para el año se espera una baja del 8,5. En 2000, el descenso había sido del 0,8 por ciento, y un año antes, del 0,5.
El PIB quedó reducido a 263.870 millones de pesos, lo que equivale a unos 100.000 millones de dólares a valores de hoy. El consumo se contrajo el año pasado un 5,8 por ciento, mientras que la inversión bruta fija se derrumbó un 15,9. En ambas cifras se encuentra parte de la explicación de la recesión. La producción fue otra de las grandes castigadas, con un declive en los sectores productores de bienes del 5,3 por ciento. En cuanto a los servicios, la baja fue del 4,8 por ciento.