ECONOMíA › UN SELECTO GRUPO DE BANCOS TAMBIEN ESPECULA CONTRA EL PESO
Ya se fue a 2,60 y no lo para nadie
El Banco Central perdió ayer 150 millones de dólares, un record desde que se liberó el tipo de cambio. Blejer cree que los bancos privados se quedaron con la mitad de las reservas que soltó el Central. Pretende forzarlos a vender “barato” al público. En el Nación y el Ciudad el dólar cotizó a 2,35/2,40.
Por Maximiliano Montenegro y Claudio Zlotnik
El Banco Central vendió ayer la suma record de 150 millones de dólares de sus reservas. Sin embargo, una vez más, no logró frenarlo: en casas de cambio, el dólar cerró a 2,60 pesos, dos centavos más que el día anterior. Mario Blejer está indignado con la actitud especulativa de los bancos: según sus cálculos, las entidades financieras se quedaron con más de la mitad de los 1000 millones de dólares de reservas que despachó el organismo en el último mes. Por eso los obligará a desprenderse más rápidamente de las divisas, incluso ofreciéndolas al público, una actividad que hasta ahora estaba monopolizada por las casas de cambio. Más aún, para cambiar las expectativas, Blejer quiere desinflar en los próximos días el precio del dólar minorista, forzando a los bancos a que vendan directamente al público a sólo 5 centavos más caro que el precio al que compran reservas. De hecho, para presionar a las casas de cambio, ayer tanto el Banco Nación como el Ciudad empezaron a vender dólares a 2,35, una oportunidad que aprovecharon sólo unos pocos que se enteraron de la novedad. Igualmente, partir de hoy la modalidad se extendería a más sucursales de los bancos oficiales y el Central “sugerirá” que se sumen a entidades privadas.
En los últimos días, la presión de la demanda por dólares parece no tener límites, tanto de particulares como de importadores y de los propios bancos que siguen apostando contra el peso. En el Central aspiran a aguantar el temporal hasta mayo, cuando –estiman– deberían empezar a soltar sus dólares los exportadores y –confían– llegaría la asistencia del Fondo Monetario. Pero saben que el camino es sumamente peligroso, porque a estos niveles de tipo de cambio, la inflación podría acelerarse repentinamente y el programa estallar en pedazos.
“El problema es que en este mercado de dólar libre donde no hay oferta de dólares”, resumió ante este diario viejo conocedor del sistema financiero. Traducido, todo el mundo quiere comprar dólares, mientras que el único que vende a lo grande es el Banco Central. Los exportadores, los genuinos oferentes de los dólares, también especulan, sin ingresarlos al país, a la espera de que más devaluación mejore sus ingresos en pesos. En tanto, todavía está muy verde el acuerdo con el Fondo Monetario, que de otro modo podría volcar una aliviante lluviecita de dólares para bajar la temperatura del mercado cambiario.
Así las cosas, el Banco Central salió ayer en tres oportunidades vender reservas y terminó el día con 150 millones de dólares menos, un monto record desde que se liberó el tipo de cambio el 11 de febrero pasado. Sólo así logró frenar el ascenso del dólar en el mercado mayorista –al que compran y venden importadores, exportadores y grandes empresas–, pero no pudo evitar que en las casas de cambio la cotización se deslizara hasta 2,60 pesos.
Actualmente, hay tres sectores que motorizan la demanda de dólares:
Particulares. De los 150 millones de pesos diarios que salen del corralito se calcula que alrededor de la mitad se destina a la compra de dólares. En este segmento la demanda es cada vez mayor, porque ahora también corren al dólar los que hace algunas semanas, con la cotización a 2,20, no lo hacían, porque creían que estaba “caro” y confiaban en la promesa del gobierno de que lo bajaría a menos de 2 pesos.
Importadores. Los que pretenden seguir en el negocio están comprando todo lo que pueden, ya sea para cancelar deudas o adelantar importaciones, porque creen que deberán pagar más en el futuro.
Bancos. Con la excusa de proveer a importadores y empresas, compran dólares al Banco Central, pero en lugar de revenderlos, los acaparan. El motivo es obvio. Como explicó ayer el titular del Banco Ciudad, Roberto Feletti, los bancos privados, en especial los extranjeros, se posicionan en “moneda dura”, para “proteger sus activos” ante sus accionistas. Una manera delicada de decir que están apostando abiertamente contra el peso.Mario Blejer está convencido de que más de 500 millones de dólares, de los 1000 millones que vendió en el último mes, están hoy en la cartera de un selecto grupo de entidades. Y asegura que los obligará a deshacerse de esos dólares en las próximas semanas. Entre las entidades más afiladas en estas maniobras se destaca el BankBoston, presidido por Manuel Sacerdote. Tanto es así que el martes recibió un duro llamado de atención de parte de la autoridad monetaria. El día anterior, mientras el presidente Duhalde se reunía con los principales banqueros y Sacerdote oficiaba de vocero del encuentro, la mesa de dinero del Boston siguió comprando dólares a los grande, pese a que la entidad ya había superado todos los límites de tenencia de divisas dispuestos por el Central.
La cotización del dólar en la próxima semana dependerá de cómo se defina la pulseada de con los bancos y de si, finalmente, los exportadores empiezan a liquidar más generosamente las divisas cobradas en el exterior en los últimos tres meses. En relación a este último punto, la intención del gobierno es acortar los plazos de liquidación y derogar un decreto del ‘89 que autoriza a las petroleras a disponer hasta el 70 por ciento de sus dólares en el exterior.
Pero Blejer está obsesionando por influir directamente sobre el precio del “dólar minorista”, al que compran los particulares en casas de cambio. Y es que, si bien representa sólo un 20 por ciento de las transacciones diarias, es el parámetro que guía las expectativas de la opinión pública. Como se ve en el cuadro, el Central empezó ayer a vender masivamente dólares a los bancos hacia el medio día, con lo que logró bajar la cotización del “dólar mayorista”, con el que operan bancos, importadores y exportadores. Pero en las casas de cambio la cotización ni siquiera se movió y cerró en la mayoría a 2,60 (ver cuadro).
La estrategia será forzar a vender a los bancos al público a sólo cinco centavos más que el precio al que entrega las reservas el Central, algo que se había intentado sin éxito a fines de enero. Ayer, el Nación y el Ciudad lideraron la movida: el primero, vendió en la Casa Central a 2,40 y el segundo en algunas sucursales a 2,35. La idea es que a partir de hoy la entidades oficiales extiendan el procedimiento a más sucursales y el Central presionará para que se sumen los bancos privados. Los directivos de unos y otros temen que si vuelven a ofrecer dólares se exacerbe la bronca de los ahorristas, que verán como de una ventanilla les entregan con cuentagotas sus depósitos pesificados y por la otra se los compran al dólar libre. Pero entre los bancos privados hay un incentivo adicional para negarse: no quieren desprenderse de los dólares, porque creen que les serán más valiosos en el futuro.