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El Gobierno salió a responderle a la número uno del FMI, Anne Krueger, quien dijo en un reportaje concedido en Washington que el superávit fiscal del 3 por ciento era un “piso” y dio a entender que esa meta deberá ser elevada cuando en septiembre se discutan las pautas fiscales para los años 2005 y 2006. “El 3 por ciento es el piso y el techo del gobierno argentino”, afirmó el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, anticipando que la administración Kirchner no aceptará un mayor ajuste fiscal.
En la misma línea se expresó otro Fernández, Aníbal, ministro del Interior. “El Presidente aspira a que en el 2005 se mantenga el 3 por ciento de superávit fiscal”, aseguró y afirmó que el Gobierno confía en que “entiendan la posición racional que la Argentina está ofreciendo, porque ésta es la única manera que nosotros podamos comprometernos y cumplir”. En su opinión, el 3 por ciento de superávit fiscal debe mantenerse porque por otro lado el FMI “está pidiendo bajar impuestos distorsivos, como el impuesto al cheque o las retenciones”, y porque “la Argentina debe revertir el nivel de pobreza e indigencia”.
Aníbal Fernández relativizó, además, los dichos de Krueger respecto de que todavía no estaba asegurada la aprobación de la segunda revisión del acuerdo por parte del Directorio del FMI, una garantía que Kirchner había solicitado antes de pagar el vencimiento de 3100 millones de dólares al organismo, el cual debería ser reembolsado apenas el Directorio avalara la revisión. “Nunca sucede que estas cosas se elevan en términos favorables (al Directorio) y luego se rechazan”, explicó.
Alberto Fernández, por su parte, también envió una señal clara a Washington de que el Gobierno se plantará en la negociación de septiembre. Más allá de “la opinión personal de Anne Krueger, nosotros pensamos mantener en firme la posición del 3 por ciento”, insistió el jefe de Gabinete, tras la reunión entre Lula y Kirchner en Río de Janeiro, en la que delinearon una posición conjunta para negociar con Washington (ver pág. 3).
¿La meta de superávit fiscal de 3 por ciento del PIB pautada con el Fondo es un piso o un techo para el futuro? El artículo 8 de la carta de intención firmada en septiembre pasado, que formalizó el acuerdo stand-by por tres años, es bastante ambiguo. El documento habla de mantener en los otros dos años del acuerdo (2005 y 2006) la “tendencia creciente” de superávit. Pero también señala que el excedente será sólo el que requiera la atención de la deuda emitida después de la devaluación y los resultantes de la renegociación de la deuda en default.
“El objetivo para 2004 será lograr un superávit primario consolidado del 3 por ciento del PIB. En los años subsiguientes –2005 y 2006–, la política asegurará la extensión de la tendencia iniciada en el año 2002 y reforzada en 2003 y 2004, de manera de alcanzar niveles suficientes para cubrir los pagos netos de la deuda que se encuentra en estado normal y los acuerdos de reestructuración de la deuda a los que pudiera llegarse”, sostiene el texto del acuerdo.
El ministro de Economía, Roberto Lavagna, relativizó en tanto las críticas y advertencias de la directora interina del Fondo Monetario Internacional, al asegurar que “son parte de la negociación y no hay que ponerse nerviosos”. Desde Río de Janeiro, el jefe del Palacio de Hacienda destacó que “es importante tener superávit fiscal, pero eso debe servir para crecer”. Señaló que en las reuniones entre los presidentes de Brasil y la Argentina, Lula y Kirchner, “se llegó a la coincidencia de que el crecimiento es el elemento central de la política y el superávit fiscal un instrumento” para alcanzarlo, en contraposición a los que exige el Fondo Monetario.
En otro orden, Lavagna reconoció que el actual vicepresidente de España, Rodrigo Rato, puede llegar a ser titular del Fondo Monetario Internacional y en tono coloquial relató: “La semana pasada hablé con Rodrigo y le dije que se va a poner un poco más ortodoxo” si llega al cargo.